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RETIRO DE MARZO: EL DIOS QUE ME VE

4 marzo, 2024

Desde siempre el mundo que rodea al hombre ha sido un misterio a develar. El hombre echó mano al símbolo, al mito, al animismo, pero ninguno le satisfizo. El ser humano es en sí mismo un misterio para sí y más grande aún cuando quiere aclarar cómo es que puede relacionarse con ese mundo exterior… La filosofía intervino: resumiendo siglos de búsqueda, un sector de estos buscadores arribó a cierto acuerdo. Los sentidos son las ventanas a través de las cuales el ser humano entra en contacto con la realidad exterior. Más o menos desarrolladas aceptamos estas premisas o teorías que nos quieren aclarar cómo entramos en contacto con el medio exterior

Desde un comienzo la humanidad privilegió el sentido de la vista. Lo que hemos visto con nuestros ojos es irrefutable. Posteriormente los ojos pasarían a ser las ventanas del alma.  Desarrollando estas ideas más o menos extendidas, la humanidad anduvo siglos de años y kilómetros de arenas de desiertos. Hoy junto a Agar, volveremos a las arenas del desierto en este día de oración e intentaremos explicarnos nosotros también ese obrar divino en la historia humana de esta mujer, tratando de extraer luz y señales que animen y sostengan nuestra esperanza. Dios ha hablado y ha dejado estas señales, hay que desentrañarlas, interpretarlas. Hay que aprender a leer las señales de Dios. Las que puso antes y las que sigue poniendo en nuestro tiempo.

La historia de Agar en la Biblia pone en relieve cuán complicada y compleja es la obra de Dios en nuestra historia. Como pueblo de fe, creemos que Dios contesta las oraciones y cumple sus promesas. Sin embargo, esta historia nos hará salir de nuestras nociones simplistas con respecto al llamado, las promesas y la fidelidad de Dios. Agar no es sólo un personaje secundario en la historia de Abraham y Sara. Tampoco es solo la madre de Ismael. Una mirada al Génesis nos revela que su historia nos ayuda a descubrir un poco más el modo de actuar de Dios. La historia de Israel tiene mucho que enseñarnos sobre la manera en que Dios se acerca a nuestra propia historia.

Te invitamos a leer Gn. 16, 1-16 y Gn. 21, 8-21

La historia de Agar es una poderosa historia de éxodo, de dificultades y de la manera en que Dios se encuentra con nosotros en medio de lo que estamos experimentando.

Agar nos enseña que Dios se acerca a nosotros, aun cuando vagamos en lugares desérticos y las circunstancias de la vida y los sistemas de poder nos opriman y nos rechacen. En nuestra reflexión buscaremos a Dios en ese día a día, en esa rutina diaria, donde se nos hace difícil escuchar, descubrir la voz de Dios. Contemplemos el diálogo entre el mensajero de Dios y Agar. Una vez más, las primeras palabras que el enviado de Yahvé le dirige a su interlocutor, en este caso Agar son: “no temas” y Dios hace partícipe a Agar de su plan, le revela que de su hijo Ismael, nacerá un gran pueblo.

En esta reflexión bíblica se nos animará a buscar a Dios en los lugares difíciles, y a tener la certeza de que nosotros también podemos encontrarnos con el Dios que nos ve.

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