NOTICIAS

PARA QUE LA CUARESMA SEA CONCRETA

19 febrero, 2024

Estoy convencido de que durante este año y el próximo, la esperanza va a estar muy presente en los mensajes de Francisco, en consonancia con el lema propuesto para el año jubilar 2025: “peregrinos de la esperanza”. Sí, peregrinos porque vamos caminando hacia una tierra nueva que, en definitiva, es la patria celestial, pero que debemos anticipar ya en este mundo construyendo el Reino de Dios. Y este peregrinaje está marcado por la esperanza porque el reino definitivo no ha llegado, solo lo vemos de lejos. Y la construcción del Reino de Dios en este mundo deja mucho que desear. Pero sólo si nos tomamos en serio que el Reino hay que anticiparlo en esta tierra, podremos vislumbrar el futuro que Dios prepara para todos y podremos decir que, en verdad, lo esperamos.

El mensaje del Papa para esta cuaresma comienza por constatar que “nos falta esperanza y vagamos por la vida como en un páramo desolado, sin una tierra prometida hacia la cual encaminarnos juntos”. Para recuperar esta esperanza y para que la cuaresma sea concreta, dice el Papa, el primer paso es querer ver la realidad. Y para ello es necesario “escuchar el grito de tantos hermanos y hermanas oprimidos… Muchos factores nos alejan los unos de los otros, negando la fraternidad que nos une desde el origen”. En aras de la concreción Francisco recuerda las dos preguntas que Yahvé le hizo a Caín tras matar a su hermano Abel, preguntas que también debemos hacernos cada uno de nosotros: “¿dónde estás” (Gn 3,9) y “¿dónde está tu hermano” (Gn 4,9). Sí, porque en demasiadas ocasiones estamos alejados de los hermanos, no queremos ver sus penas, sus necesidades y sus debilidades.

Esta cuaresma es tiempo de actuar. Y actuar, dice Francisco, es detenerse: “detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido”. Una buena oración siempre termina por conducirnos al hermano, pues en ella Dios nos encomienda al hermano y nos hace caer en la cuenta de lo mucho que podemos hacer por él. De un modo u otro, en una buena oración siempre decimos: “hágase tu voluntad”. Y la voluntad de Dios es que nos convirtamos en hermanas y en hermanos y que, en lugar de amenazas y enemigos, encontramos compañeras y compañeros de viaje. “Ese es el sueño de Dios, dice el Pontífice, la tierra prometida hacia la que marchamos cuando salimos de la esclavitud”.

Finalmente, el mensaje cuaresmal incide en uno de los temas de este pontificado, a saber, la sinodalidad. La cuaresma puede ser un tiempo de decisiones comunitarias, por eso el Papa invita a las comunidades cristianas a reflexionar sobre los estilos de vida y a preguntarse por su contribución a mejorar el ambiente y el barrio en el que vivimos. Si así lo hacemos brotará en esta cuaresma el destello de una nueva esperanza.

Martín Gelabert Ballester, OP

Fuente: nihilobstat