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COMENTARIO AL EVANGELIO XVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

25 julio, 2023

La parábola del “tesoro escondido” nos sugiere ciertas llamadas para ir a la búsqueda de ese tesoro. Hemos de avivar el salir de nuestra rutina de siempre: los mismos hábitos, los mismos esquemas y costumbres. Hay que hacer vacío en nuestra interioridad. La serenidad del corazón solo llega cuando limpiamos nuestro interior de miedos, culpabilidades y conflictos. Desde ese ámbito de libertad y armonía interior podemos abrirnos a la búsqueda de una llamada nueva que pueda transformar la existencia y toque lo más hondo del ser. Algo que despierte deseos de una vida diferente. Algo que genere un estilo de vivir más generoso, más sano y más gozoso. Dejarnos sorprender ante la “parábola del tesoro encontrado en el campo” supone el encuentro con Dios como una experiencia gozosa, capaz de trasformar a la persona.

Abrirnos al encuentro con Dios supone vislumbrar una luz que ilumina todo de manera diferente, una alegría que abre horizontes nuevos a la vida. Una fuerza honda que permite enfrentarse a la vida con ánimo. En definitiva, un encuentro transformador.

En su parábola del “tesoro escondido en el campo” Jesús habla del hombre que, “lleno de alegría”, vende todo lo que tiene por hacerse con el tesoro. Buscar a Dios siempre genera alegría y paz porque la persona va descubriendo por dónde está la verdadera felicidad.

 H.  Ana Capellán

Provincia Rosa Santaeugenia