ACOMPAÑAR EN EL CAMINO

Nos reunimos en Madrid-España para un curso de formadoras hermanas de cuatro continentes donde está la Anunciata. Al encontrarnos nos damos cuenta que compartimos un carisma que nos identifica, es decir, cada una lo hace vida en su modo de ser y de actuar. Nos hemos encontrado, saludado, como si nos conociéramos de años y el idioma no ha sido un impedimento, realmente estamos viviendo un Pentecostés Anunciatista, estamos hablando en lenguas, con el solo deseo de poder conocernos más y poder compartir un carisma que nos invade y apasiona.

Somos 14 hermanas que nos hemos reunido de diferentes continentes. Nos acompañan la H. Zoila Morena Flores, Delegada de la formación inicial y la H. Gloria Cañada, Delegada de la formación permanente.

Empezamos el encuentro el día 1 de julio con la acogida de todas las hermanas y la oración, donde de manera creativa oramos y pusimos en las manos del Señor este encuentro. Tuvimos presente a todas las hermanas de la Congregación desde las jóvenes que se cuestionan la vocación a la Vida Consagrada y las que ya llevan muchos años siendo fieles al Señor en este Carisma Anunciatista que el Espíritu Santo regaló a la Iglesia.

El día 2 de julio después de asistir a la Eucaristía en la parroquia, continuamos con la charla introductoria de todo el encuentro en un clima de fraternidad y alegría. Por la tarde fue un momento muy gratificante poder compartir con las hermanas de la comunidad y cada una de ellas nos compartió su experiencia vocacional y de formación donde había muchas diferencias con lo que en la actualidad vivimos pero había un único deseo en todas ellas: ser fieles al llamado y eso les hizo superar todas las adversidades del camino.

Los días siguientes del 3 al 8 de julio trabajamos y reflexionamos el Plan General de Formación. Nos presentamos con una dinámica, donde recordamos nuestras primeras etapas de formación y qué es lo que más recordamos de esos tiempos y para superar las dificultades fue importante el acompañamiento de las formadoras, la oración confiada, la formación dentro y fuera del convento, el grupo de compañeras de la misma etapa y, sobre todo, la Gracia que Dios da al que recibe la llamada.

Entre los muchos aspectos que se resaltaron fueron: Que nuestras comunidades deben ser espacios donde las jóvenes puedan expresarse tal como son en un ambiente de acogida y respeto, integrando a las hermanas a la misión comunitaria. Todas las hermanas se deben preocupar por la formación viviendo los elementos de nuestro carisma y los consejos evangélicos para poder ayudar en la tarea formativa.

Parte de los días 4, 5 y 6 de julio reflexionamos las etapas formativas, Aspirantado y postulantado; Noviciado y Estudiantado para luego presentarlo de manera creativa.

Por la tarde celebramos con gozo los 25 años de consagración y fidelidad de nuestra hermana Gloria Cañada, en un ambiente de acción de gracias por su vida y misión en la Anunciata. Compartimos la Eucaristía y la celebración en fraternidad. La H. Gloria tuvo la alegría de que participaran dos de sus hermanos con sus esposas.

Los días 7 y 8 de julio nos centramos en la Evaluación, dialogamos sobre este tema y concluimos que es un medio sistemático, integrador y dinámico presente en todo el proceso formativo y por etapas.

Los días 8 por la tarde y 9 de julio fueron espacios de autoreflexión y diálogo informal entre las hermanas después de todo lo reflexionado. Salimos a misa a la Catedral de Madrid, finalizamos el día compartiendo con las hermanas de la comunidad.

Segunda semana

Del 10 al 14 de julio profundizamos y reflexionamos sobre el tema «acompañar el proceso de crecimiento de vida y fe» con Hna. Cova, religiosa Carmelita de Vedruna, el objetivo general era introducir el acompañamiento como experiencia de relación generadora de experiencias, interiorización y compromiso, mediante el estudio del sentido y significado del acompañamiento y la profundización en los itinerarios para acompañar el proceso de crecimiento de vida y fe desde la formación religiosa o cualquier estado de vida.

Empezamos con la pregunta, ¿qué entendemos por acompañar? cada una expresó sus ideas. Seguidamente compartimos el tema «sentido y actualidad del acompañamiento espiritual en la vida cotidiana». Se hizo un breve recorrido por la historia y qué significó el acompañamiento en las diferentes épocas hasta la actualidad.

Por lo tanto, el acompañante es un compañero/a de camino que es testigo de la presencia de Dios en el acompañado/a.

Es importante en el acompañamiento que la persona sea libre, que no se sienta manipulada o violentada por el acompañante, para ello es necesario que los que acompañan se reconcilien consigo mismos, vivan en profundidad, sean libres, se dejen guiar por el Espíritu Santo. Finalmente, es necesario concebir la vida como misión no como trabajo.

Algunas sugerencias para el acompañamiento: discernir y fomentar la propia vocación en las distintas etapas de la vida, orar contemplando a Jesús en la misión, acompañar para vivir una vida dinámica de seguimiento de Jesús reforzando sus puntos fuertes para que pueda recorrer el camino, compartir en comunidad cuidando las relaciones interpersonales, acompañar las propias pobrezas y las de los demás, clarificar y aclarar las motivaciones, valorar el trabajo y la formación.

En conclusión, el acompañante espiritual es un testigo del paso de Dios en la vida del acompañado/a, se acompaña desde la vida y trae vida, la persona solo se abre si se siente acogida desde la escucha atenta comprendiendo el mensaje.

El domingo 16 de julio, día de nuestra Señora del Carmen, fuimos a Becerril, a la comunidad de El Roble a compartir con nuestras hermanas. Fue un hermoso momento de fraternidad, alegría, encontramos a hermanas entrañables. Compartimos la oración de vísperas, la cena y sobre todo el sueño del P. Coll: ser todas hermanas a pesar de la diversidad de lenguas, culturas y edades, una vez más volvemos a escuchar su voz que nos resuena en el corazón “LA  ANUNCIATA ES OBRA DE DIOS”.

H. Fanny Elizabet Calderón.