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COMENTARIO AL EVANGELIO – FESTIVIDAD DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN 2023

7 agosto, 2023

«COMO UN SALERO EN LA MESA Y COMO UNA LINTERNA DE ACOMODADOR»

Jesús deja claro que si aceptamos la imagen de Dios que Él tiene, lo lógico es contagiarlo porque resulta «agradable al paladar», tiene «sabor». Y es que la sal, cuya ausencia se hace notar, así tiene que ser en la vida del amigo del Señor, dejar huella allí donde nos encontramos. Sin embargo, la gente opina, con frecuencia, que «los de la Iglesia», como grupo, somos buena gente, pero sosos, aburridos, poco atrayentes… Ser sal es aportar en la familia, trabajo, comunidad, hacer de estos un lugar acogedor y entrañable donde todo el que se acerque, entre se encuentre acogido con los brazos abiertos, aceptado como es…

¿Por qué, si somos gente normal, juntos rara vez somos un grupo majo, atrayente, que sepa dar «sabor» a la vida? ¿Es que nuestra fe no es causa de alegría contagiosa? ¿No sabemos dar ni sabor, ni sazonar, ni conservar como la sal? ¿En qué Dios creemos? El Señor nos llama a ser como el salero en la mesa que sirva para dar sabor a todo y todos…

Ser luz para otro es ayudar para que con espontaneidad y gusto se adopte una visión cristiana de la vida. Ser luz no para orgullo personal, sino para que nuestra luz, pequeña o grande, nuestras palabras y obras, sean una señal en el camino de muchas personas que buscan al Señor con sincero corazón. Tenemos que irradiar la luz del Señor, mostrando el hacer suyo en nuestras vidas.

Tendríamos que fijarnos en la pequeña linterna del acomodador de cine: alumbra de forma muy concreta un paso por delante de nosotros, y, gracias a este servicio, ocupamos sin dificultad nuestro asiento. Ojalá sepamos comportarnos como linternas que ayuden a quienes nos rodean a ocupar su puesto en la vida. Que confíen, porque todos somos como las plantas que siempre tienden a la luz, a la plenitud, a la felicidad, a Dios… ¡Las palabras son lo de menos!

El Señor es quien nos tiene que dar la sal y la luz si se lo pedimos, y a Él hemos de acudir para ser nosotros quién de sabor y luz a la vida de los demás con nuestras obras.

La actividad de Sto. Domingo dimana de una oración que abarca todo su ser religioso y todos los momentos de una vida en la que » sólo hablaba con Dios o de Dios». A Domingo se le ve predicar en la Iglesia o en los caminos; comenta la Escritura a todos; se ocupa de todos; se desvive por sus Frailes, consuela, escucha, confiesa, perdona, visita enfermos; quiere anunciar la Palabra a los que todavía la ignoran.

Domingo prevé para su Fraile, su Orden, la evangelización a tiempo completo, preparada en el silencio, el estudio, asumida en la oración y llevada a la práctica.

Domingo supo dar «sabor a la vida», a su vida personal y a la vida de cuantos le rodeaban. Supo se luz e iluminar las tinieblas de su tiempo.

En Domingo tenemos un ejemplo a seguir para «sazonar e ilumina» por dónde pase una Dominica de la Anunciata.

¡FELIZ DÍA!

Hna. Pepa Vila

Provincia «Rosa Santaeugenia»