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 El 11 de noviembre inicié un recorrido por varios países del Vicariato S. François Coll acompañada por la H. Crisanta: Costa de Marfil, Camerún, Benín (Ruanda queda para otro momento, para visitar las comunidades y al mismo tiempo unificar criterios sobre los programas contables utilizados en obras y comunidades, presentación de cuentas, documentos que hay que archivar, importancia y reflexión sobre las actitudes que debe de tener toda ecónoma y otros aspectos que surgen en cada casa.

Esta parte más práctica y realizada en cada comunidad se completó con otra impartida por países: Economía y misión – nuestros bienes al servicio de la misión. La buena administración a la luz de la Palabra y de Nuestras Leyes.

Teniendo en cuenta que las comunidades tenían su actividad ordinaria, supuso por su parte un esfuerzo, que agradezco, el acudir a la reunión programada en cada país.

Se dio mucha importancia a la fidelidad y transparencia con las que se deben tratar todos los apuntes contables. La responsabilidad y el sentido de consagración que marcan nuestra relación con el dinero y con el resto de los bienes materiales. El trabajo de cada hermana, como uno de los factores que, desde el comienzo de la Congregación, ha posibilitado su crecimiento y expansión.

Desde los inicios ha habido una convicción fuerte: la Anunciata es obra de Dios, y una administración muy cuidadosa, austera y al mismo tiempo generosa y atenta a las necesidades de las hermanas y de la misión.

Desde aquí quiero expresar mi agradecimiento al Consejo del Vicariato, a la H. Crisanta en particular y a todas las hermanas con las que he compartido estos días. Siempre sale reforzada la fraternidad y más visible el sentido de Congregación.

H. Mariví