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La comunidad de Dominicas de la Anunciata en Vigo (Galicia), inicia su andadura en el año 1975, el 4 de agosto, con cuatro hermanas que junto con los Dominicos y laicos de la parroquia inician su misión parroquial.
En la actualidad (curso 2021-22), somos también cuatro hermanas, manteniendo esta presencia desde hace 46 años en comunión fraterna con los frailes Dominicos y comunidades laicas.
La edad no está siendo impedimento para continuar con la misión en estos momentos de la historia bastantes desafiantes. La vida fraterna, el estudio contemplativo, la fe compartida y el compromiso social son pilares en nuestra vida cotidiana.
La misión la realizamos atreves de la vida y estructura parroquial.

La Comunidad Parroquial “Cristo da Victoria”: Hace más de 45 años que fue plantada como una tienda en el barrio de Coia. Desde sus inicios, lo que era una pequeña comunidad cristiana, quiso entender su fe unida a las alegrías y tristeza de su vecindad. Casi todos eran entonces inmigrantes, gente de las aldeas que aparecerán en Vigo ante la llamada industrialización.

La “Parroquia do Cristo da Victoria” nos definimos como:

Una comunidad: un grupo de mujeres y de hombres empeñados en desarrollar valores comunitarios, en vivir la fe desde la fraternidad, en un espacio privilegiado en el que todos y todas tenemos cabida y somos igual de importantes, un espacio desde el que vivir de una manera alternativa basado en la austeridad compartida y en la solidaridad.

Una comunidad cristiana: que tiene como referente fundamental a Jesús de Nazaret, y que se siente llamada a vivir en coherencia con su ejemplo y a extender su mensaje de vida, dignidad y justicia.
Una comunidad cristiana popular: que opta, como Jesús, por las personas más desfavorecidas; una comunidad que pretende ofrecer una alternativa dentro de la Iglesia, una «Iglesia desde y para los pobres», siempre al servicio del proyecto liberador de Jesús.

Una comunidad cristiana popular comprometida: que no se siente ajena a los problemas de su entorno, sino que entiende como parte irrenunciable de su fe la tarea de transformar la realidad, tanto a nivel local, promoviendo respuestas asociativas que trabajen por la justicia y la promoción de las personas en nuestro barrio y en nuestra ciudad, así como a nivel global, denunciando el sistema capitalista como causa estructural de pobreza y exclusión y asumiendo solidariamente la causa de personas y pueblos marginados en el mundo. (…)

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