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LLENA DE GRACIA

3 diciembre, 2018

«LLENA DE GRACIA» ERA MARÍA Y ASÍ DEBE SER NUESTRA VIDA.

Lecturas de la Palabra de Dios

La Solemnidad de la Inmaculada Concepción, además de ser un gran misterio, pone de relieve la fe en un Dios providente y la participación de los seres humanos en el plan salvador de Dios. María fue elegida para ser la madre de Dios y aceptó serlo. Ella estaba llena de gracia y, llena de fe, desató la gracia en la palabra salvadora, ¡SÍ!

La Virgen María nunca estuvo en un estado de «falta de gracia» como la solemnidad de la Inmaculada Concepción nos revela: «¡Ave María, llena de gracia! El Señor está contigo”. Desde el primer momento de su existencia, María fue la más amada de Dios y disfrutó de la gracia, lo que la hizo gran colaboradora en el plan de salvación de Dios.  “Aquí estoy, sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra”.

Dios nos prepara para nuestra tarea en la vida incluso antes de nacer. Dios que nos prevé y nos provee con todas las cualidades naturales y sobrenaturales que necesitamos para desempeñar nuestro papel asignado en el drama de la salvación humana. “Antes de formarte en el vientre te conocí, y antes de que nacieras, te consagré; Te nombré profeta para las naciones” (Jer 1,5). Nuestro ser de consagradas no es accidental según el plan de Dios. Dios nos preparó y continúa brindándonos todo lo que necesitamos para vivir y cumplir su plan en nosotras. ¡Siempre estamos llenas de gracia!

Incontables veces en la vida, hemos olvidado la providencia de Dios, que nuestra vida está llena de gracia: Enfermedad, envejecimiento, nueva asignación, nueva comunidad, falta de apoyo en los proyectos, falta de colaboración de las hermanas, incluso cosas triviales como la falta de conexión a Internet, y muchas más… Dios nunca desatiende nuestras necesidades.

La vida consagrada hoy experimenta una crisis de disminución, por lo que muchas personas pueden caer en un estado de desesperanza. Demasiado esfuerzo para poco fruto. A veces olvidamos que Dios es un Dios providente. Parece que ahora ya es demasiado tarde, o que ni siquiera Dios responde a nuestra súplica por las vocaciones, pero «Para Dios nada es imposible» (Lc 1,37).

Lo que destaca la escena del Evangelio es el papel esencial que María estaba dispuesta a desempeñar en el plan de Dios para nuestra salvación. También enfatiza la apertura y la colaboración que cada una de nosotras debe brindar a cualquier relación con Dios y entre nosotros, en cualquier tarea que hagamos. Dios continúa invitándonos a trabajar juntos para lograr objetivos que al principio pueden parecer imposibles. Ya sea trabajando juntos para obtener la paz mundial, terminar con la trata de personas, educar en la escuela, encontrar modos de suscitar vocaciones a la vida consagrada o rezar por las vocaciones en el lecho de la enfermedad, nunca debemos olvidar: «Nada será imposible para Dios». Pero ¡Dios siempre quiere estimular nuestra participación para lograr lo que podríamos pensar al principio que es imposible!

Estamos llenas de gracia. Dios nunca dejará de proporcionarnos la gracia que necesitamos para colaborar en su plan de salvación. Nuestra vida como consagradas sea llena de gracia.

María, llena de gracia, que tu Sí sea también nuestro SI.

Hna. GLECY PUNONGBAYAN, OP

Delegada General de PJV

Enlace a la imagen de María

En el marco del Año Jubilar Mariano concedido por el Papa Francisco en el 25 aniversario de la dedicación de la catedral de la Almudena, la diócesis de Madrid celebra el viernes 7 de diciembre la tradicional vigilia de la Inmaculada. Con el lema Con María, discípulos misioneros de Jesucristo.