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ENCUENTRO GENERAL DE FORMACION • HERMANAS PROXIMAS A LA PROFESION PERPETUA

12 diciembre, 2019

“SÍ, SÍ, LA ANUNCIATA ES OBRA DE DIOS Y DE MARÍA”

Todo comenzó con un sueño… soñado por el Consejo general. Y el primero de octubre de 2019 este sueño comenzó a recibir vida con la llegada a Madrid de diez hermanas jóvenes de votos temporales Dominicas de la Anunciata de tres continentes: Asia, África y América. Cada una trayendo sus sueños, consejos, expectativas y una gran curiosidad, pues era una realidad diferente, una nueva propuesta. Pasar dos meses en formación con un grupo distinto, con otros idiomas, pero con el mismo anhelo: conocer y profundizar la vida y misión de nuestra Congregación. Experimentando la comunión desde las diferencias culturales, el encuentro inicial fue una fiesta.

Siete africanas: HH. Gladys, Claudine, Mª Claire, Mª Luise, Athanasie, Francine, Mª Chantal; dos filipinas: Frela, Nelli y una de Brasil: Dorisdete. ¡Una riqueza intercultural! La palabra encuentro nos lleva a imaginar una persona o un grupo que son invitados para hablar o preparar algo, y hay encuentro por casualidad. Pero este fue programado y preparado por el Consejo general con mucho cuidado, pensando en cada hermana y cómo podría involucrarse en él. Empezó por la invitación que fue enviada a cada una para participar de este momento de preparación a los votos perpetuos al mismo tiempo la invitación a  compartir interculturalmente. Sin embargo, todo esto era parte de una llamada anterior: la del Señor que nos invitó un día a ser parte de su proyecto en esta obra de Dios que es la Anunciata.  Cada una fuimos llamadas a dar lo mejor y contribuir con el proyecto del Reino en su realidad.

Pero esta nueva convocatoria no fue una invitación más, sino una orientación a profundizar, releer, conocer y compartir la vida y las experiencias vividas desde cada realidad. Comenzamos –con la ayuda de H. Concha Callejas, Carmelita de la Caridad-reconociendo nuestro cuerpo, mente y corazón, la importancia de armonizarlo todo. Compartimos con las comunidades: eucaristía, liturgia, festejamos juntas con mucha alegría el X Aniversario de la Canonización de nuestro amado fundador P. Francisco Coll. Visitamos las comunidades de Madrid, Manresa, Barcelona.

Con la H. Gene Somoano percibimos la importancia del discernimiento para una buena elección de lo que buscamos y lo que deseamos. Presentamos nuestras provincias, vicariato, y delegación provincial, una riqueza incalculable. Con la H. Mariví tuvimos la oportunidad de conocer mejor cómo se vive y se lleva la economía de la Congregación.

La peregrinación a Caleruega fue un día de mucha bendición para nosotras: conocer donde nació nuestro Padre Santo Domingo.

Luego presentamos y compartimos el estudio realizado durante este último tiempo de formación en las comunidades, hecho con el acompañamiento de nuestras prioras.

Con las HH. Mª Jesús Carro y Mª José Abad profundizamos en la Consagración y la vivencia de los Votos, lo que en breve vamos a confirmar en la profesión perpetua. Es necesario tener claro el por qué nosotras escogemos y queremos la Consagración Religiosa. Seguidamente, la H. Núria Cuellar, con mucha sabiduría, nos ayudó a conocer el Compendio de la Historia de la Congregación, que es una gran fuente de conocimiento de nuestras raíces congregacionales. La H. Andrea Iturbe nos presentó la Misión Educativa, que es muy importante para nosotras, porque es nuestro carisma: el P. Coll nos quiso Hermanas educadoras. Para continuar la obra soñada por el P. Coll tenemos que trabajar la Pastoral Juvenil Vocacional, nos tenemos que empeñar, invitar, proponer, pues Jesús continúa llamando, pero nosotras tenemos que hacer la invitación. La H. Glecy Punongbayan nos ayudó a percibir que cada una es responsable por la pastoral vocacional, de cada una depende que la Anuncia crezca y que este sueño no muera.

En el mes de noviembre, la formación continuó en las tierras catalanas de Vic. Estar en la Casa Madre fue un tiempo de gracia. Allí se encuentran el sepulcro del Padre Coll y de nuestra primera Madre general: Rosa Santaeugenia. Éste es el lugar del manantial, donde el amor, la vida, la entrega de muchas Hermanas se hace presente. Estar en este lugar es recibir un regalo de Dios. En la Casa Madre conocimos el Museo del P. Coll y de la expansión de la Congregación, muy bien expuesto por la H. Carmen. Visitamos Puigseslloses y allí conocimos y compartimos con la familia Comá, misma familia que, generaciones atrás, acogió a Francisco Coll en su niñez y después de su exclaustración. También estuvimos en la ermita Sant Jordi, donde el P. Coll celebró su primera misa. Profundizamos y rezamos junto con la H. Ángeles Figuls la Liturgia, algo tan propio de nuestro ser como Dominicas de la Anunciata. Con la H. Asunción vivimos momentos de emoción y gratitud por la vida de nuestras Hermanas Mártires, entregada por amor a Dios y fidelidad a su vocación; conocimos también los lugares de su martirio.

Pero después de tanto conocimiento, emociones y vidas compartidas era necesario detenerse para rezar y reflexionar sobre todo lo vivido. Por esa razón nuestras Hermanas nos proporcionaron una semana de ejercicios espirituales en Gombrén, en la casa donde nació el P. Coll. ¡Ese no fue un retiro como los otros! Fue un vivenciar el lugar donde todo comenzó, agradecer a Dios por haber regalado a este pueblo y a esta familia este santo. Con este sentido de agradecimiento hicimos una peregrinación a la Virgen de Montgrony, contemplando el camino y la naturaleza como tantas veces Francisco Coll lo hizo. Nuestro hermano Fr. Javier Garzón, OP. nos ayudó a continuar este camino con sus reflexiones.

Regresamos a Vic y ahí seguimos profundizando en el conocimiento de nuestra Congregación y nuestro carisma con la H. Luciana. El amor se torna mayor cuando conocemos mejor nuestro carisma y cómo éste fue pensado por el P. Coll, cuáles fueron sus dificultades, sus desafíos, sus sueños y su vida. Podemos decir con certeza que después de este momento, nosotras tenemos una nueva mirada de la Congregación, de la vida del P. Coll gracias a todo lo que descubrimos y redescubrimos en esta profundización de nuestro carisma. La vida del P. Coll fue de alabanza a Dios, a pesar de todas las dificultades y desafíos que tuvo. Incluso con todo eso fue capaz de mirar al otro con ternura y percibir la necesidad y el dolor. Pero fue más allá, tuvo la audacia, coraje y creatividad para combatir los males sociales. Todavía le faltaba tiempo y no podía atender a todos. Con una mirada compasiva y audaz, invitó a unas jóvenes pobres para que le ayudaran en su misión. Y sus palabras hasta hoy nos siguen inspirando: “Sí, Sí, esa es una obra de Dios y de María”. Culminamos este tiempo de conocimiento, reflexión y compartir con nuestra Madre General, H. Ana Belén Verísimo García, que nos ayudó a hacer memoria de todos los caminos recorridos durante estos dos meses.

¡Este es el tiempo oportuno, es un momento de dar gracias a Dios por habernos escogido y llamado a ser parte de esta familia Anunciata! Damos gracias también a nuestras comunidades que asumieron nuestra misión para que nosotras pudiéramos participar en este encuentro; gracias a nuestras provincias, vicariato, delegación provincial por apoyarnos y confiar en nosotras; gracias a todas las Hermanas por su acogida, cariño, cuidado, por su presencia y testimonio. Un agradecimiento especial a todo el Consejo general, principalmente a la H. Zoila Morena Flores y la H. Gloria Cañada, por acompañarnos en estos meses con tanto cariño, escucha y dedicación.

Hermanas participantes en el Encuentro de Preparación para los Votos Perpetuos

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