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COMENTARIO DE LA PALABRA II DOMINGO DE CUARESMA CICLO A 2023

28 febrero, 2023

Gen 12, 1-4a
Sl 32
2 Timoteo 1, 8b-10
Mt 17,1-9

En respuesta a esta llamada, Abraham se compromete en cuerpo y alma y obedece a la palabra de alguien que le habla, pero a quien no ve. Acepta libremente desprenderse de todo. Lo que mueve a Abraham a dar una respuesta positiva a Dios es la confianza en la palabra y la promesa de Dios. No solo nacerá de él un pueblo, sino que será fuente de bendición para las naciones. Todos los llamamientos se dirigen a un interés común. En este texto del llamado de Abraham, Dios tiene un plan para hacerlo padre de todos los creyentes. Gracias a su fe y confianza en Él, se convirtió en padre de los creyentes. Lo que significa que nuestra fe encuentra su fuente en su fe. Abraham se convierte en modelo para todos los cristianos en el hecho de que fue el primero en descubrir que Dios es amor en quien podemos poner toda nuestra confianza y contar con su protección.

En cuanto a la segunda lectura, san Pablo nos introduce en el proyecto de Dios que nos quiere como colaboradores suyos para perpetuar su obra de salvación por la evangelización. Se dirige a nosotros diciendo: «Amadísimos hijos, con la fuerza de Dios, tomad vuestra parte del sufrimiento por el anuncio del Evangelio» Responder a la llamada de Dios no se hace solo con facilidad, sino también en la experiencia de la cruz. Desde el tiempo de los profetas y el nacimiento de la Iglesia hasta nuestros días, el anuncio del evangelio siempre conlleva rechazo, persecución y contradicciones para quien lo anuncia. A través de esta lectura, San Pablo nos anima a no dudar en sufrir por la causa de Cristo. Podemos hacer el bien a los demás, pero este bien no siempre es bien visto y apreciado. De lo contrario, puede traernos sufrimiento. Es este sufrimiento el que estamos llamados a soportar y aceptar, deshaciéndonos de todo lo que pueda alejarnos de Dios y alejarnos de su amor. Cristo ha sido para nosotros el modelo excelente que debemos imitar. Anunciar el evangelio es darse y dar vida a los demás. A lo largo de su vida terrena se entregó a sí mismo a los hombres, ofreciéndose incluso a través de la cruz. De la misma manera que recibimos la vida debemos entregarla a quienes la necesitan. Con la fuerza de Dios y no con nuestras propias fuerzas podemos llegar a aceptar el sufrimiento y luchar continuamente contra lo que pueden ser obstáculos para la proclamación del evangelio.

En el Evangelio de San Mateo, tanto durante la transfiguración como durante el bautismo de Jesús, se destaca la iniciativa de Dios que revela la verdadera identidad de Jesús. Jesús no es solo un hombre, sino que también es Dios “Este es mi Hijo amado, en quien he puesto todo mi amor; escúchenlo” A través de estas palabras Dios nos invita a reconocer que Jesús, como Hijo de Dios, es también enviado del Padre que vino a revelarnos su amor. Debemos escuchar su palabra y creer en ella como Abraham.
Cuando Jesús se transfiguró, su rostro se volvió brillante. Pedro al ver su rostro transformado se maravilla de esta presencia diciendo “¡Qué alegría que estemos aquí! Si quieres, levantaré tres tiendas. Una para ti, una para Moisés y otra para Elías”. Quien ha conocido a Jesús, quien ha contemplado su bondad, su belleza y su amor, se siente atraído por él. Su presencia se convierte en fuente de alegría para que se sienta satisfecho, ya no necesita más cosas para ser feliz que quedarse con él.

Hna. Marie Clémentine Nyiramisago