La sabiduría sale al encuentro de aquellos que la buscan

 El año litúrgico se acerca al final. En este domingo XXXII la Palabra de Dios nos invita a amar la sabiduría, a escuchar la Palabra de Dios y a preparar el corazón para el encuentro con el Señor.

La primera lectura nos hace una invitación a entrar en la escuela de la Sabiduría que espera a quien la busca, aparece en el camino de aquellos que tienen inquietud por encontrarla, si se confía en ella avanzaremos en la búsqueda de la verdad, la justicia y la santidad. Para nosotros la verdadera Sabiduría es Cristo que vino a iluminar a todos, mostrándonos el camino de felicidad que conlleva hacer la voluntad del Padre.

San Pablo nos exhorta a prepararnos para el encuentro con el Señor, con una paciente esperanza que se apoya en la fe en Jesucristo muerto y resucitado, que da respuesta a la inquietud que se tenía sobre los difuntos, para el apóstol lo esencial de la vida cristiana es estar con el Señor, si morimos con Él, también resucitaremos con Él. (Rm. 6,8)

El Evangelio nos habla de sabiduría y de necedad, actitudes presentes en las jóvenes que esperan la venida del esposo. Lo esencial de la sabiduría y prudencia cristianas consiste en prepararse desde ahora y recorrer los caminos del Evangelio con fe, esperanza y amor.

Podemos interpretar de diversas maneras el significado del aceite. Hemos de estar proveídos del aceite de la relación con el Señor, con el Esposo, fomentando aquellas acciones y actitudes que nos hacen conocer cada día un poco más y que permiten que Él también nos conozca  a nosotros; la plegaria, la lectura orante de la Palabra, los sacramentos, la atención a los pobres con los que se identifica…

La parábola se refiere a la venida definitiva del Señor al final de la historia o al final de nuestra propia historia en este mundo, pero en otros muchos momentos de la vida podemos sentir la presencia del Esposo y también hemos de estar a punto para recibirle. Muchas veces su presencia es el reclamo del hermano/a  necesitado de ayuda, acogida, escucha, amor…” Todo aquello que hicisteis con uno de estos mis hermanos menores, me lo hacéis a mi” (Mt.25,40)

“Ser sabios y prudentes significa no esperar hasta el último momento para corresponder a la gracia de Dios, sino hacerlo activamente de inmediato, empezar ahora… Si queremos estar preparados para el último encuentro con el Señor, debemos cooperar con Él a partir de ahora y realizar buenas acciones inspiradas en su amor” Palabras del papa Francisco. 08-11-2020

Que tu sabiduría, Señor, acompañe nuestro camino, que nos haga estar atentos a tus improvisadas visitas y estar preparados para recibirte en todo momento, ayúdanos a tener el aceite que mantenga nuestras lámparas encendidas y a punto para que en aquel momento definitivo nos puedas reconocer como tus amigos y discípulos.

H. María Thái Thị Đào

                         Cdad. Ntra. Sra. del Rosario. Ho Chi Minh