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COMENTARIO AL EVANGELIO FIESTA DE LAS HERMANAS MARTIRES 2023

5 noviembre, 2023

El 6 de noviembre recordamos a nuestras 7 Hermanas Mártires. Así lo determinó el Papa Benedicto XVI en la ceremonia de Beatificación de 498 Mártires españoles del siglo XX celebrada en Roma el 28 de octubre de 2007.

Ofrezcamos nuestro “sí” hasta el final

Este día es muy importante para nuestra Congregación de las Dominicas de la Anunciata. Conmemoramos la fidelidad y la entrega generosa de nuestras hermanas que dijeron “sí”, hasta el final de sus vidas. En ellas se cumple la Palabra de Dios que nos dice: “Estos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero.” (Ap. 7,14).

Al meditar en el testimonio de nuestras hermanas, vienen a mi memoria unas palabras muy conocidas en la Congregación: “Siete palmas de martirio, siete lirios de pureza brillan hoy en la Anunciata; páginas de gran belleza, escritas en nuestra historia, páginas de vida eterna”. (H. Rosa Font). Estas palabras nos recuerdan un enorme contenido simbólico. Les invito a contemplar cada afirmación más allá de las palabras.

Sabemos que eran siete hermanas, este es un número importante en la comunicación de la fe, es el recuerdo de la plenitud de la revelación divina; de manera comparada interpretamos que en estas siete mujeres se nos da la plenitud de la revelación a quienes continuamos con la misión anunciatista; no deberíamos necesitar más martirios para valorar la sangre derramada por Cristo en la cruz; debería bastarnos el derramamiento de la sangre de Ramona Fossas Romans, Adelfa Soro Bó, Teresa Prats Martí, Otilia Alonso González, Ramona María Perramón, Reginalda Picas Planas y Rosa Jutglar Gallart, para comprender el horror de tribulación purificada con la sangre del Cordero.

A estas hermanas las recordamos simbólicamente con las palmas porque indican su victoria; es decir, al unir su sangre a la de nuestro Señor Jesucristo, confiamos en que han sido alcanzadas por la misericordia de Dios que las ha blanqueado para unirlas a la asamblea de los mártires.

Sabemos que los lirios son el recuerdo de la pureza como ideal cristiano, en este sentido hacemos memoria de la Virgen María, la cual da origen al nombre de la Anunciata. Al pensar así, descubrimos la capacidad que tiene Dios para purificar la naturaleza de cada persona que da un “sí” hasta el final, como lo hizo María.

Podemos decir que, cada hermana martirizada es una página de gran belleza escrita en la historia de la Congregación. Nuestra fe nos enseña a identificar el martirio como una gracia especial dada por el Señor. Bendito sea Dios por haberle dado a nuestra Congregación esa gracia en el asesinato de las hermanas; su testimonio fiel nos recuerda el compromiso de vivir radicalmente nuestro “sí” hasta el final. En ellas podemos ver cumplida la promesa de la salvación. Al ver el desenlace de sus vidas, creemos que cada una de ellas constituye una página de vida eterna. Su testimonio de entrega radical nos anuncia la esperanza de la salvación.

Al contemplar el testimonio de nuestras mártires, estamos invitadas a reconocer su entrega como un regalo de Dios y un tiempo de gracia que debemos valorar con la fe puesta en el Señor. La ofrenda de sus vidas y la firmeza en sus decisiones nos muestra que la persona es capaz de vivir fiel a los ideales del Reino. Reconocemos que la entrega martirial es una gracia especial que el Señor nos concedió por medio de las hermanas; nunca podremos imitar su ofrenda martirial; sin embargo, podemos imitar su radicalidad en el “sí” hasta el final, desarrollando plenamente la misión que se nos encomienda. En cada lugar de misión hay tribulaciones que necesitan ser blanqueadas con la sangre del Cordero. Ofrezcamos nuestro “sí” hasta el final.

Hna, Gloria Xol Chu