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COMENTARIO AL XXV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A 2023

19 septiembre, 2023

JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y DEL REFUGIADO

“Entre las causas más visibles de las migraciones forzadas contemporáneas se encuentran las persecuciones, las guerras, los fenómenos atmosféricos y la miseria” Mensaje del Santo Padre Francisco para la 109ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2023

Lecturas   Biblicas:  Is 55, 6-9       Sl 144    Flp 1, 20c-24,27a      Mt 20,1-16

En el Evangelio de este domingo, Jesús nos hace una llamada: trabajar en favor del Reino, sin dejarnos llevar por el sentido de justicia humana (pagar más a quien trabaja más) y sí buscar la justicia del amor, que es pura gratuidad. El criterio único es dejarnos inspirar por el amor del Señor–Dueño de la viña, que se manifiesta en cada uno de nosotros, en los migrantes y refugiados que buscan trabajo y gritan por solidaridad.

Este texto del Evangelio es muy provocativo porque nos introduce en un mundo de contradicciones, confundiendo la lógica de nuestros criterios puramente humanos. Jesús conoce bien el corazón del ser humano y lo que nos propone es un cambio de nuestra mentalidad y una invitación a actuar desde otra lógica: La lógica del Dueño de la viña, que es bondadoso, generoso y por amar a todos, da preferencia, siempre, a los más necesitados y desde ahí actúa siempre con otros criterios. La forma de proceder del propietario del viñedo altera los esquemas razonables del sistema económico en el que nos movemos, centrado en la competencia, la producción, generando la envidia que alimenta la competición, dando lugar a intrigas y divisiones en todos los ambientes. Es un drama que destruye las relaciones y quita el sabor de la vida.

En esta parábola Jesús no tiene la intención pedagógica de abordar el tema de la justicia social que podría aparecer en la queja de aquellos que fueron los primeros contratados por el dueño de la viña. Estos, viendo cuánto habían recibido los que habían sido contratados al final del día (una moneda de plata), alimentaron deseos en sus corazones de recibir más. Lo curioso es que el malestar nació de la incomprensión de la generosidad del dueño de la viña. Sus criterios no comprometían la justicia, ya que una moneda era justa para un día de trabajo.

En la viña del Señor, la lógica es diferente: no es la lógica capitalista, no es la contabilidad de las obras individuales y la grandeza. Gratuidad y generosidad son las actitudes del corazón, marcas de quienes trabajan en esta viña del Reino.

Nuestros ojos deben estar siempre fijos en el Señor de la viña, haciendo lo que Él nos diga, con alegría y poniendo todos nuestros dones, recibidos gratuitamente, al  servicio de los hermanos, esta es la verdadera recompensa, el «denario» del final del día. 

Pongamos en práctica lo que nos dicen las lecturas de este Domingo «Que el malvado abandone su camino, y el malhechor sus planes, que se convierta al Señor… Porque vuestros caminos no son mis caminos (cf. Is, 55,8-9), pues lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo (Cf. Flp 1, 27).

Acoger en profundidad el mensaje evangélico de hoy de que «los primeros serán los últimos» requiere de nosotras, nosotros, un cambio de mentalidad, se trata de romper los esquemas en los que se basa la sociedad que se mueve únicamente por interés.

Hna. Tina Veloso