“Enseñaba con autoridad una doctrina nueva” Mc 1,22

Al leer las lecturas de este domingo IV del tiempo ordinario y al ponerse a la escucha de su mensaje, uno de los primeros que se nos queda e impacta en la mente y en el corazón es la frase “enseñaba con autoridad”.

Hoy escuchamos la primera actuación de Jesús en público. Con los discípulos a los que acababa de llamar, va a Cafarnaúm, ciudad importante en su vida.

No sabemos qué pasaje bíblico le tocó comentar, pero todos quedaron admirados de lo que decía, lo que más les extraña es que enseñaba “con autoridad”. A partir de ahora y a lo largo de todo el Evangelio, aparecerá cómo el profeta que esperaban.

No son palabras solamente, sino palabras con signos, palabras eficaces y liberadoras, llevaban la marca de la autenticidad y del toque de Dios. La gente percibía una gran coherencia entre lo que pensaba, decía y hacía esto le daba autoridad, su mensaje resultaba creíble y la gente le seguía.

La gente sencilla percibió la “novedad de Jesús”, novedad en el contenido de lo que decía, novedad en la forma de hablar y actuar diferentes a lo que estaban acostumbrados. Si Jesús hablaba con autoridad es porque hablaba desde Dios con el que mantenía una auténtica sintonía. Jesús cumple a la perfección lo que anunciaba Dios del futuro profeta, como dice la primera lectura: “pondré mis palabras en su boca y les dirá lo que yo le mande” Dt 18,18. Él es la palabra viviente que Dios dirige a la humanidad.

El reino de Dios que Jesús viene a anunciar e instaurar, no es sólo palabra, sino también fuerza poderosa contra el mal, es el primer milagro que narra san Marcos y es precisamente la liberación de un poseso, la victoria sobre las fuerzas del mal, “cállate y sal de él… el espíritu inmundo salió de él” Mc 1.25.

La Palabra de Dios siempre es novedosa, siempre trae mensaje a nuestras vidas.

En nuestra sociedad de tanta comunicación en todos los campos; artísticos, deportivos, políticos, tecnológicos, religiosos, etc. muchas veces se escuchan discursos ampulosos, vacíos, cuando no falsos, “fake news”, que se oyen y se olvidan, pero también se encuentran voces proféticas autorizadas que, que impactan que se hacen escuchar (el papa Francisco por ejemplo etc.) que como la de Jesús están avaladas por la vida y se descubre que vienen de Dios, pues realizan aquello que Dios es y quiere para nosotros; justicia, fraternidad, misericordia…

A nosotros no se nos pide que hagamos milagros, pero sí que luchemos contra el mal en nosotros mismos y que contribuyamos también a que otros se liberen de toda situación que les pueda esclavizar, con la palabra oportuna, con la actitud cercana, con el servicio diligente y sobre todo podemos pedir, con sinceridad cada vez que rezamos el “Padrenuestro” para nosotros y para todo el mundo, Señor “libranos del mal”.

                                                                             Hna. Rolindes González

                                                                                    Provincia San Raimundo de Peñafort