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COMENTARIO AL EVANGELIO DEL XXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

25 agosto, 2020

1ª Lectura del libro de Jeremías (20,7-9): “Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir”
Sal 62,2.3-4.5-6.8-9 “Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío”
2ª Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (12,1-2) “Transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno”,
Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,21-27):

“En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.»
Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Quítate de mí vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas corno los hombres, no como Dios.»
Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.»

Este evangelio nos presenta otra de las crisis de fe de Pedro, el discípulo más impulsivo, pero al que quizá más le cuesta ver en Jesús al Hijo de Dios. Jesús se dirige a Jerusalén con sus discípulos quiere prepararlos para lo peor, pero les cuesta entender, quizá todavía no estaban preparados para comprender el camino de la cruz. Al oír Pedro que tenía que sufrir, que lo apresarían y que moriría y resucitaría al tercer día, no pudo más y se llevó a Jesús aparte y le dice «¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.»

Me sorprende en este Evangelio la manera que tiene Jesús de hablar a Pedro, le enfada el que piense así, ¿no puede entender Pedro, para qué ha venido Jesús al mundo? Su esquema es todavía un esquema del judaísmo, no entiende un mesías que no quiere el poder y rechaza el éxito abrazando la debilidad humana. Pedro aparece como un tentador por eso dice Jesús “«Quítate de mí vista, Satanás, que me haces tropezar.” Trata de persuadir a Jesús para no acabar la misión encomendada por el Padre quizá poniendo sus intereses personales por delante de La Misión.

El Maestro quiere explicar a los discípulos que significa “el seguimiento”. Seguir a Jesús no es solo ir tras de Él escuchando su Palabra, sino que implica algo más; es seguirlo con todas las consecuencias, en los momentos de prueba y de sufrimiento y en los momentos de alegría y bonanza. El seguimiento no nos libera de la cruz, sino que nos invita a continuar con ella sirviendo al Señor.

“Quien quiere salvar su vida la perderá” Jesús quiere poner a los discípulos en una disyuntiva, o le siguen con todas las consecuencias, con todo lo que supone de sacrificio, de sufrimiento y también de alegría y gozo, o se elige otro proyecto de vida distinto al Evangelio, que nos desvía de Jesús y del Padre.

El estilo de vida que nos propone Jesús está basado en el servicio y aceptación de las dificultades que vengan por seguirle. Es un seguimiento que tiene como fin hacer la voluntad del Padre y esto no es fácil. Pero tenemos el modelo de Jesús.

  • ¿Cómo nos situamos ante la disyuntiva del seguimiento?
  • ¿Estamos dispuestas a seguir el camino de la Cruz que nos plantea Jesús?

Hna. Rosa Alfaro Ponce

Comunidad de Xátiva (Valencia)