ÁRBOL DE LA VIDA
Al principio… SUS RAÍCES, que son nuestra vocación, eran débiles y delgadas; pero los nutrientes y el agua recibida, a través de cada uno de los docentes, con sus contenidos, sus orientaciones, con su escucha atenta y con sus valores cristianos, hicieron que esas raíces empezaran a ser más fuertes, pudiendo agarrarse a la tierra de manera más firme.
Nuestra vocación se va confirmando día a día… se va haciendo más segura, más confiable.
EL TRONCO, también empezó a crecer… más erguido, lleno de conocimientos, de experiencias vividas juntos, del aprendizaje a partir de los errores.
Y así salimos al mundo…con estas RAMAS, que ya dieron sus primeras HOJAS, algunas más chicas… otras más grandes y también sus primeros FRUTOS, que comenzaron a asomarse en el espacio de la práctica en terreno.
Salimos a ver… a observar lo que nos rodea en esta comunidad, en esta Ciudad Educadora. Empezamos a tejer redes entre la Institución y el afuera.
Y llevamos con nosotros lo que somos y lo que vamos siendo poco a poco como futuras docentes…
… ¿Y qué llevamos?
1) RESPETO: por cada una de las personas con la que nos encontramos.
2) PRUDENCIA: en la observación y en los juicios que emitimos.
3) PERSEVERANCIA: en la superación de nuestros errores.
4) RESPONSABILIDAD: en cada tarea que emprendemos.
5) HUMILDAD: en nuestro corazón, reconociendo que siempre hay cosas por saber y vivir.
6) ALEGRÍA: de hacer aquello que nos gusta y compartirla con otros.
7) GENEROSIDAD: atenta a las necesidades de las personas que nos rodean.
8) AMOR: en la entrega de cada día.
Ese árbol, seguramente, seguirá creciendo en todo este camino de la Formación y se hará grande y frondoso…
Con muchos frutos, con los que vamos a nutrir nuestra tarea… cuando ya le digamos ADIÓS a la Institución y empecemos a vivir nuestro sueño de trabajar con los chicos…
Habrá VIENTOS y TORMENTAS, pero estamos seguros que este árbol será de BUENA MADERA, con bases FIRMES e INQUEBRANTABLES… que dará año a año, sus mejores FRUTOS, de la manera como el PADRE COLL lo imaginó.
Alumnas de primer año de Magisterio