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Jn 15, 26-27; 16, 12-15

 El Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena

En esta solemnidad de Pentecostés que hoy celebramos, después de la experiencia pascual, los discípulos reunidos reciben la luz del Espíritu Santo, ahora tienen la capacidad de expresarse a todo el mundo por la diversidad de dones y lenguas.

El espíritu Santo sigue viniendo a nosotras por el bautismo y nos impulsa a formar un solo cuerpo en Cristo, nuestro modelo de vida, a ofrecer nuestros dones al servicio de la misión.

Este relato de pentecostés que hoy escuchamos conlleva muchas experiencias y vivencias, que nos muestran como la comunidad logró un cambio radical gracias a la presencia del Espíritu Santo, quien les guía a la verdad plena.

Ahora es Dios el que conduce a su pueblo, a su Iglesia, guiados por el Espíritu Santo, quienes a la vez recobran la identidad profética, dejando de ser nacionalista, exclusivista y cerrada. La iglesia al estar abierta a todas las personas no pone sus ojos en las razas y culturas sino en la persona por el simple hecho de ser hijo de Dios. “La paz este con ustedes” esta es la invitación a vivir en paz para dejar fluir la grandeza de Dios que habita en cada ser humano, donde quiera que se desenvuelva, velando en todo momento por ser vínculo de paz y de unión con los que se rodea, aun en aquellos espacios donde halla ausencia de paz.

“Reciban el Espíritu Santo” como Dominicas de la Anunciata recibir al Espíritu Santo implica dejarlo actuar en nuestra vida permitiéndole que ilumine nuestras palabras, pensamientos y acciones para que la evangelización sea efectiva, dentro de nuestras comunidades, en la misión y en todo el que hacer en la construcción del Reino.

H. María Eugenia Robles Canahui

Provincia «San Martín»