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PROFESIÓN PERPETUA HNA GLADYS MADRID DICIEMBRE DE 2020

19 diciembre, 2020

“Como la arcilla en manos del alfarero
así sois vosotros en mi mano
casa de Israel”
(Jr. 18, 6).

En primer lugar, mi corazón se alza a Dios Padre de toda bondad y madre a la vez por su gran ternura manifestada en mi vida a través de su inefable misericordia. A Jesús su Hijo, hermano universal, gloria a su Santo nombre; el único que hace maravillas en nuestras vidas.

El día 8 de diciembre día de Inmaculada Concepción de la Virgen María di mi sí a Dios como Dominica de la Anunciata para siempre. Respuesta de amor profundo al amor de Cristo que me sedujo hace años y cambió mis sueños para siempre. Voluntariamente, inscribí mis planes en los suyos y hoy dejo mi vida en sus manos a través de la congregación. Como María en la Anunciación, quise prestar mis entrañas a Dios para traer a Jesús al mundo luchando al lado de los pobres. Quise ser la vasija de arcilla para pregonar la voz del alfarero divino y Dios se lo tomó en serio. El señor me eligió, en medio de su pueblo arcilla informe. Desde hace mucho tiempo, me ha moldeado en sus manos, ha transformado mi vida, la ha dado un sentido profundo y la sigue trabajando en su taller sagrado para llegar a su plena configuración.

Nunca se preocupó de tener que empezar de nuevo conmigo, de ensuciarse las manos con mi barro una vez y otra vez. Mi nombre está grabado en las palmas de sus manos, soy su vasija y me dejo entre sus manos a la escucha de su voluntad. con todo lo que implica. Pues para dar este paso definitivo después de un largo proceso rico en experiencias variadas tuve que reelegir a Jesús como el centro de mi vida.

Entonces, todo empezó con una semana de preparación espiritual en la comunidad de Becerril.  Las hermanas de dicha comunidad me han ofrecido un espacio propicio para la oración, la reflexión y el descanso. Y qué decir del maravilloso paisaje regalo del cielo. Del padre Javier Garzón  OP que con su acompañamiento y sobre todo su escucha fue de gran ayuda en estos días cercanos a mi compromiso definitivo.  Con la confianza de que todo concurre para bien de los que aman a Dios (Rm 8,28), Él que tienen el poder de sacar el bien incluso de lo inesperado. Hice profesión perpetua en manos de la Priora general Hermana Ana Belén en la parroquia San Juan bautista de la Concepción. Este día fue la manifestación en  voz alta de este amor que solo entiende la experiencia porque las palabras no bastan para explicarlo. En una ceremonia sencilla pero llena de sentido y muy rica en emoción.

La viví con mucha intensidad. Este momento lo había soñado, meditado, ofrecido a Dios para la gloria de su nombre. Ante la grandeza de su misterio en la celebración, cada palabra, gesto incluso silencio tenía un sentido profundo y resonaban en mi interior con fuerza. Fue un momento de mucha alegría, feliz de celebrar una alianza de amor con Jesús, de ser Dominica de la Anunciata de por vida.

La ceremonia fue maravillosa, muy orante en presencia de la comunidad parroquial, presidido por el padre Javier Garzón que en su homilía me recordó fuertemente lo que soy; una vasija débil pero profundamente amada de Dios que no quiere mi oro sino mi debilidad para transformarla en su amor.

La centralidad de la Palabra de Dios en mi vida para guardar esta unión en Cristo. En breve la sencillez y la profundidad de su predicación me llegó al corazón y creo que también a las personas presentes. Con la profesión de los votos, viví ante Santo Domingo y el Padre Coll lo que les había prometido durante mi pasaje en sus tierras durante mi formación preparatoria. Que Yo, ya estaba lista y esperaba un signo suyo que me confirmará en mí vocación para dar el paso definitivo. Y creo que se han espabilado en mandarme uno en el último momento. Les estoy muy agradecida.

Terminada la Misa vivimos un fuerte momento de fraternidad en torno de la mesa donde compartimos una merienda cena, cantamos y bailamos. Pude expresar con el baile lo feliz que me sentía de haber dado este paso. Me acompañaron las hermanas y otros invitados con mucha alegría. Todo fue muy bonito, encima de lo que esperaba.

AgradecimientoAgradezco una vez más a todas las Hermanas presentes a este evento importante que marcó mi vida, a la Hna. Ana Belén Verísimo, Priora general, a  la Hna.  María Isabel Andrés, Priora  de  la  provincia  Rosa Santaeugenia,  a las Hermanas de los  dos consejos general y provincial que pudieron estar, a la comunidad de Aluche. Sin olvidar las Hermanas de Lézignan, Alfonso XIII, Becerril, General Oraá, los profesores, catequista, amigos de la comunidad parroquial que me regalaron su presencia, a todas las Hermanas que me hicieron vivir un fuerte momento de comunión fraterna y orante, rezando por mi desde sus comunidades.

Que el Señor en su fidelidad me guarde fiel, y que la Virgen de la Anunciación me enseñe cada día a recibir el don de Dios y a descubrir su voluntad. Unión de oración fraterna con todas.

Hna. Gladys