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LA VIRGEN CONCEBIRA Y DARA A LUZ AL ENMANUEL

17 diciembre, 2019

¡DIOS CON NOSOTROS!

Siendo ya muy inminente la manifestación humilde de nuestro Señor, la Palabra de este IV domingo de Adviento conduce nuestra atención y expectación hacia el origen del misterio de la Navidad. Y al contemplarlo ¿qué vemos? Dos grandes protagonistas.

Por un lado, una joven virgen comprometida con José, que concibió un hijo por obra del Espíritu de Dios, con su pleno consentimiento y sin participación de varón. Por otro, un joven carpintero comprometido con María para formar una familia, y que enterándose del embarazo de su prometida, decide abandonarla en secreto con su alma desgarrada y sus sueños destruidos.

¿Y qué más vemos? Un Dios que se hace presente e interviene en sus historias personales para intervenir en la historia de toda la humanidad. Y en el medio de estas historias humanas, un niño por nacer: el Mesías esperado… ¡el Enmanuel!… el DIOS – CON – NOSOTROS.

Este niño anunciado está llamado a ser el Salvador de su Pueblo desde la modalidad del Enmanuel, es decir, nos salva cuando se convierte en el Dios – con – nosotros. Es un Dios metido en nuestra historia, en nuestra vida. Es un Dios CON – VIVIENDO con nosotros nuestra cotidianidad. Entonces, si Dios está ahí conviviendo entre nosotros, ¿por qué salir a buscarlo afuera?

Dios está en medio de su pueblo, come nuestros frutos, realiza nuestras tareas, nos mira y habla con nosotros. Si estamos dispuestos, como María y José, a dejarnos anunciar y visitar por Dios en nuestra vida y labor cotidiana, lo encontraremos llegando en el momento justo. Si no esperamos grandezas, y esperamos al Enmanuel, experimentaremos a Dios acompañándonos como lo prometió: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”.

En estos últimos días de Adviento, cambiemos el foco de nuestra mirada para encontrar a este ‘Dios que viene’ conviviendo con nosotros y hagámonos cómplices del Espíritu, colaboradores del Espíritu como María y como José: María pronunciando el “hágase en mí según tu Palabra” y José que “hizo todo lo que el Ángel del Señor le había ordenado”. La obediencia de la fe de ambos permitió el dar a luz al Emanuel.

Hna. Susana Sívori
Dominica de la Anunciata