NOTICIAS

EL PAPA EN IRAK: PUENTES PARA LA PAZ

7 marzo, 2021

La visita del Papa a Irak ha sido, por sí misma y más allá de todos los discursos, un alegato en favor del entendimiento entre las religiones. Este entendimiento entre las religiones es posiblemente el mejor camino para el entendimiento entre las personas. Las religiones pretenden ser caminos de encuentro con Dios, y el encuentro con Dios pasa necesariamente por la confesión de su común paternidad sobre todos los seres humanos, y toda paternidad es también fuente de fraternidad. Pues bien, las religiones, que parece que deben unir, desgraciadamente han sido, a lo largo de la historia, obstáculos para la fraternidad y motivo de descalificaciones mutuas. Se diría que lo que más debe unir es lo que más ha separado. El nombre de Dios, nombre de paz, en vez de pacificar, ha provocado odio, enemistad y guerra.

Las confesiones cristianas y la Iglesia católica en particular, al menos a nivel de líderes y dirigentes, han ido cobrando conciencia de que el amor al que están llamados los cristianos tiene dimensiones universales y, por tanto, alcanza incluso al enemigo. Eso significa que un cristiano no es enemigo de nadie, aunque por desgracia, puede tener enemigos.

La visita del Papa a Irak ha sido una búsqueda explícita de entendimiento con la gran religión que tiene sus orígenes en el profeta Mahoma. Como ha ocurrido con otras religiones, también dentro del Islam han surgido diferencias internas. Por otra parte, las religiones, cristianismo e islam incluidos, han dado lugar a fanatismos, que siguen siendo activos y son causa de confusión. Pues es fácil y tentador identificar a “todos” con la minoría fanática.

En sus discursos en Irak el Papa ha resaltado ejemplos de colaboración entre cristianos y musulmanes que, más allá de las palabras, muestran el camino que debemos seguir: “los jóvenes voluntarios musulmanes de Mosul, que ayudaron a reconstruir iglesias y monasterios, construyendo amistades fraternas sobre los escombros del odio, y los cristianos y musulmanes que hoy restauran juntos mezquitas e iglesias”; “el testimonio de Dawood y Hasan, un cristiano y un musulmán que, sin dejarse desalentar por las diferencias, estudiaron y trabajaron juntos”; “el ejemplo heroico de Najy, de la comunidad sabea mandea, que perdió la vida intentando salvar a la familia de su vecino musulmán”.

Martín Gelabert Ballester, OP

Fuente: Nihil Obstat