Lecturas: Revelación 7,2-4, 9-14; Salmo 24,1-2, 3-4, 5-6; 1 Juan 3,1-3 y Mateo 5,1-12

Hacia una Esperanza Gozosa en medio de los Sufrimientos y la Muerte
en este mundo hacia un mundo nuevo del Reino de Dios
donde el amor y la plenitud de vida es todo…

No es fácil aceptar la muerte de las personas que tanto amamos. Ni encontrar fuerza cuando vemos tanta gente que sufren y mueren porque son pobres y no tienen nada de nada. Nunca nos hace feliz ver las noticias de guerras, de mucha gente inocente que mueren, de ver familias perder sus casas, de escuchar mujeres y también hombres que sufren abusos, de encontrar la difícil situación de los inmigrantes, los enfermos, los drogadictos y mayores… ¡es incompresible decirles que son bendecidos!

Sin embargo, son estas personas pobres que no tienen nada de nada, solo tienen a Dios y están ansiosos y esperanzados de ver a Dios. Recibirán bendición del Señor…busca el rostro del Dios de Jacob (Salmo 24,5-6). Este día 1 de Noviembre, celebramos la Solemnidad de Todos los Santos, es una celebración de santidad. Ellos manifiestan, no tanto en grandes obras, logros ni acontecimientos extraordinarios, sino en la fidelidad diaria a las exigencias de nuestro bautismo.

Por el bautismo, somos liberados del pecado y renacemos como hijos/as de Dios, nos hacemos partícipes de Su misión (CCC 1213). “Mirad que amor nos ha dado el Padre para que seamos llamados hijos e hijas de Dios. Esto es la esperanza gozosa que nos purifica nuestros corazones” (1 Juan 3, 1-3). Nos ayudará a vivir felices, no porque seamos buenos y logremos muchas cosas, sino, porque Dios, siendo compasivo, nos espera y nos prepara nuestro lugar en el cielo. ¿Estamos listos/as?

Jesús, en su misión, proclamo las Bienaventuranzas, y nos invita a seguir sus pasos con una vida kenótica y a cultivar actitudes evangélicas: humildad, compasión, mansedumbre, justicia y paz. La vida de bienaventuranzas es una vida de gozo y profecía, según nuestro Papa Francisco. Como la vida de nuestros Padres Domingo y P. Coll, nuestras HH. Mártires y de todos los Santos que nos invitan a renunciar a muchas cosas, planes y proyectos personales, así, podemos decir que “solo Dios basta.”

¿Sentimos y creemos de verdad el valor de nuestro bautismo? ¿Qué rostro de Dios buscamos? ¿Realmente nos aferramos a que somos hijos/hijas de Dios? ¿Vivimos esa esperanza gozosa de ver a Dios en el cielo y en otros?

¡Feliz fiesta! ¡Que todos los Santos y los santos nos ayuden a caminar hacia la gracia de la gozosa esperanza! Todos los Santos, santos rogad por nosotras…

H. MARIELA DE VILLA

(Provincia de S. Raymundo de Peñafort, Filipinas)