NOTICIAS

COMENTARIO AL EVANGELIO DOMINGO DE LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR 2023

1 agosto, 2023

Marcos 9, 2-13; Mt 17, 1-9

Nos encontramos ante el gran misterio preludio de la resurrección del Señor. Según los exegetas, seis días más tarde de que Simón Pedro hubiera confesado la filiación divina de Jesús, el Señor invita   a subir a la montaña a tres de sus discípulos, los que serán testigos de su agonía en la cruz. Los hijos de Zebedeo y Pedro contemplaron juntos y fugazmente la belleza radiante del rostro de Jesús: resplandecía como el sol.

Los discípulos convivían a diario con su humanidad y, por un instante, vieron su divinidad.  Desde esa nube luminosa que los envolvió, se oyó la voz del Padre: «Este es mi Hijo, el amado. Escuchadlo». Es la confirmación de Jesús en el Jordán. Jesús está en el centro, entre Moisés y Elías. La ley y los profetas han cumplido ya su misión en Israel. Una nueva etapa de la historia ha comenzado. Los discípulos agraciados estaban tan gozosos que Pedro quería instalar tres tiendas: «estaban en el cielo».

La transfiguración del Señor anticipa la Gloria de la Resurrección. Pero la gloria de Dios permanece escondida en este mundo y solo se puede vislumbrar en el rostro de los santos: personas misericordiosas y compasivas con los más pobres y necesitados de los hijos de Dios; por eso, los discípulos no pueden quedarse en el Tabor. Deben bajar del monte y continuar el camino: hasta la cruz, la última transfiguración.

¿Se trata de una   escena real? ¿O más bien una manifestación del Padre en Jesús? ¿Es una vivencia pascual?.

Lo importante para nosotros, los cristianos, es descubrir que el hijo amado soy yo. Escuchar a Jesús es descubrir lo que él vivió dentro de cada uno de nosotros.

Comunidad de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona)