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Para nosotras, hermanas dominicas de la Anunciata, este día es una gran fiesta, en el sentido de que simboliza Nuestra fiesta patronal.

En efecto, los textos que la liturgia nos ofrece como meditación, los hemos escuchado muchas veces hasta el punto de que algunos nos los sabemos de memoria.

Sin embargo. Los textos bíblicos están llenos de riqueza porque cada año se encuentran con realidades diferentes.

Además, me gustaría compartir con vosotras lo que me inspiran estos textos en este 25 de marzo del año 2022.

El Evangelio de Lc 1,26-38 nos dice que el ángel Gabriel es enviado a Nazaret a una joven virgen llamada María. Cuando llega, entra en su casa y la saluda así: “Te saludo llena de gracia, el Señor está contigo”.

¡Aquí hay un atrevimiento! El ángel llega sin avisar, entra sin llamar y le da un saludo un poco raro. En nuestro hoy, ¿qué haríamos en el lugar de María?

Un personaje extraño llega a nuestra casa sin previo aviso, entra a la casa sin llamar el timbre y nos da un saludo inusual (aunque toque al timbre y le abrimos la puerta). ¿Aceptaríamos que nos molesten en este momento? cuando ya tenemos planeado nuestro programa del día, ¿un programa ocupado?

¿Tomaremos el tiempo para dar la bienvenida al extraño que viene a molestarnos? (Este extraño puede tener un rostro conocido o no reconocido) Si es así, es para escuchar lo que tiene que decirnos o para despedirlo para que se ocupe de nuestros asuntos diarios. ¿Le llamamos cuerdo o loco?

María, la humilde sirvienta, aunque molesta, acoge y accede a escuchar hasta el final lo que el extraño tiene que decirle. Ella nos enseña el arte de la paciencia, la escucha, la acogida, el no juzgar, el arte de dejarnos perturbar y desprogramar.

Además, el extraño la tranquiliza y le da una noticia inquietante y desconcertante. “Concebirás y darás a luz un hijo…”. A pesar de que tiene un programa de vida bien hecho. Ella está comprometida y prometida en matrimonio.

Además de la interrupción del día, ahora es la interrupción del programa de vida.¡ Qué shock! Suficiente para echar a este extraño. Pero contra todo pronóstico, María la Llena de Gracia, además de aceptar la perturbación del día, también acepta el trastorno de su vida. Se toma el tiempo para entender completamente de qué se trata haciendo preguntas. Termina dando su consentimiento apoyándose en la voluntad divina.

María nos enseña a estar disponibles, a darnos a lo inesperado, a saber hacer la voluntad divina aunque sea incomprensible. Aún hoy Dios viene a nosotros a través de sus enviados que pueden ser cualquiera (nuestras hermanas, nuestras superioras…) para trastornar nuestros programas, nuestros horarios…
Sí,

• una asignación inesperada, a un lugar no deseado a pesar de que todo está planeado para el próximo año,
• un reemplazo en una posición inferior a su título,
• llenar un hueco en una comunidad donde se juzga que no hay nada que hacer por alguien de su rango.
• etc.

Sí, todo esto es un cambio de programa para nuestro tiempo. ¿Cómo reaccionamos?
Si lo pensamos bien, finalmente podríamos preguntarnos si el loco no es la misma María. Cómo aceptar de repente trastornar todo un programa de vida. Esto es a menudo lo que pensamos de aquellos que dicen “sí” o lo que pensamos que la gente dirá sobre nosotros si decimos “sí” a una solicitud como esta.

El Fiat de María a la inesperada voluntad divina ha hecho posible la historia de la salvación y sigue aportando bendición a nuestra vida. ¿Nos imaginamos por un momento que nuestro sí a los sobresaltos inesperados en nuestra vida o en nuestros días también podría traer bendición para nosotros y para los demás?

A menudo, ante nuestro empeño en no querer reconocer la voluntad divina en nuestra vida, ya que nos molesta, el mismo Dios nos ofrece una señal o nos empuja a pedirla. Esto es lo que nos dice la 1ª lectura de Is 7,10-14; 8.10. Atrevámonos a pedirle señales a Dios y estemos atentos para reconocerlas y saber leerlas.
Otra opción a la que nos invita el segundo texto del día, tomado del libro de Hebreos 10,4-10, es a prepararnos para la inesperada voluntad de Dios gracias al Espíritu Santo que habita en nosotros. “…Aquí estoy, Señor, he venido para hacer tu voluntad.”

Vemos cómo Dios ha colmado de gracias a la Virgen María, capacitándola para decir sí a su voluntad, un proyecto que podría haber perturbado el programa de vida de María, y que no lo ha hecho porque todo ocurre para el bien de aquellos que aman a Dios, es el mismo Dios al que nosotras estamos consagradas, y que nos llenará de gracias para que podamos estar disponibles a su misión.

Que esta Fiesta de la Anunciación 2022 nos interpele una vez más sobre nuestra experiencia diaria y nos prepare para integrar en nuestro ser dominicas de la Anunciata las virtudes que nos enseña Nuestra Señora.

Que San Francisco Coll y nuestras Beatas Hermanas Mártires intercedan por nosotros.

Hna. Benedicta N’CHO