«Tu Palabra es la lámpara de mis pies la luz en mi camino»
La Palabra es vía maestra para la búsqueda de Dios, y los religiosos somos por vocación apasionados buscadores y testigos de Dios, nos recordaba Benedicto XVI en su mensaje a la asamblea de Superiores Mayores. La renovación profunda de la Vida consagrada -les decía- parte de la centralidad de la Palabra de Dios.
A las dominicas y dominicos, se nos define en la Iglesia como servidores de la Palabra contemplada, celebrada, hecha vida. Las dominicas de la Anunciata miramos con particular atención a María en la Anunciación, la que acoge en su seno la Palabra hecha carne para entregarla al mundo.
En el lugar de descargas ofrecemos la Exhortación post sinodal Verbum Domini y los comentarios a la misma hechos por José Cristo Rey García Paredes, cmf.
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