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UN PAPA QUE NO DEJA A NADIE INDIFERENTE

9 marzo, 2023

El 13 de marzo de 2013, alrededor de las ocho de la tarde, el cardenal Jean-Louis Touran anunció al mundo que Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, había sido elegido Papa. Fue una gran sorpresa. Desde el primer momento todos pudieron darse cuenta de que empezaba un papado con un nuevo estilo pastoral. El gesto de pedir a los fieles que rezaran a Dios para que le bendijera, antes de impartir él la bendición sobre el pueblo, fue un primer gesto, al que siguieron otros igualmente significativos. Este es un buen momento para dar gracias a Dios por este Papa. En estos diez años ha publicado dos encíclicas y cinco exhortaciones apostólicas, que no han dejado a nadie indiferente. Unos le han aplaudido y otros le han criticado.

Las dos encíclicas comienzan con unas palabras de Francisco de Asís en italiano, orientativas del contenido. Laudato si’, o sea, alabado seas mi Señor. ¿Por qué debe ser alabado? Por esta madre tierra que nos sustenta. Y por eso debe ser cuidada, porque ella es nuestro alimento, nuestro cobijo y un horizonte de belleza. La otra encíclica se titula: Fratelli tutti, o sea todos hermanos, con una fraternidad que tiene consecuencias sociales, económicas y políticas, una fraternidad que nos invita a compartir los bienes de la tierra, de forma que haya pan para todos. Que las dos encíclicas comiencen con unas palabras en italiano es significativo de un estilo pastoral cercano y misericordioso. No olvidemos que todas las encíclicas papales comienzan con una frase latina.

En las exhortaciones apostólicas aparece con frecuencia la palabra “alegría”. La primera de ellas, Evangelii Gaudium, podemos considerarla como el programa de su pontificado, a saber, poner toda la Iglesia en estado de misión, y anunciar el evangelio con alegría, de forma inteligible, poniendo el acento en lo esencial. Un principio que aparece en esta exhortación, a saber, que la realidad es más importante que la idea, encuentra en otra exhortación, la dedicada a la alegría del amor que se vive en las familias, unas aplicaciones importantes, a partir de la convicción de que cada persona es un misterio que merece un gran respeto; por eso, cuando alguien tiene dificultades en su vida matrimonial es importante saber que la Iglesia está ahí para acompañar y para ayudar. Los principios son importantes, pero las personas son aún más importantes.

La sinodalidad, lareforma de la curia, los pobres, los inmigrantes, la paz, van a ser sin duda las grandes preocupaciones de Francisco durante los próximos años. Lo que depende de él tiene más posibilidades de llegar a término. Con respecto al Sínodo es cierto que Francisco tiene la virtud de escuchar a todos, pero también es verdad que será él quién tenga la última palabra y publique, como ha ocurrido con los Sínodos anteriores, una exhortación apostólica post sinodal en la que recoja aquellas orientaciones que considere válidas e importantes para toda la Iglesia.

Martín Gelabert Ballester, OP

Fuente: nihilobstat