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“Hoy comienza una nueva era, las lanzas se convierten en podaderas, de las armas salen arados y los oprimidos son liberados” fue una de las antífonas que acompañó nuestra oración eucarística y de laudes y asímismo lo proclamaba la primera lectura. Amanecer y agradecer a Dios su presencia amorosa, su acción en nuestra vida y en la de la Provincia, daba el tono al día que iniciábamos, día de inauguración del Capítulo.

Después del desayuno, con la correspondiente llamada a cada una de las capitulares ingresamos a la capilla, invocamos al Espíritu Santo para que sea el dador, fuerza e impulso de nuestro trabajo capitular. La lectura de Isaías “el Espíritu del Señor está sobre mí…” y las palabras del Papa Francisco en las que insistentemente invita a vivir la alegría del Evangelio, nos prepararon para ir procesionalmente hacia la sala capitular cantando “Palabra que fue luz…” vibraba el corazón al experimentar la responsabilidad que en nosotras depositaron nuestras Hermanas de Provincia.

Ya en la sala, Hermana Ana Belén Verísimo, dio la bienvenida oficial a cada Hermana, explicó las partes que forman el Capítulo y agradeció a las Hermanas del Consejo cesante el servicio prestado. Invitó, además, a acoger la voluntad de Dios en el aquí y ahora de la Provincia, a dejar de lado los intereses personales, a vivir acogiendo la vida, el dolor, la esperanza, a ser constructoras de un mundo diferente… después de cantar “Bendita seas mujer” dio por inaugurado oficialmente el XIII Capítulo Provincial.

Se procedió a continuación a elegir secretaria y escrutadoras, fueron elegidas Hermana Emilia García Vásquez, Hermana María Lucía Atenco Xopa y Hermana Gloria Marlene Guadron Castillo, secretaria y escrutadoras respectivamente. Como corresponde, se revisó y aprobó el reglamento del Capítulo y, con ello, Hermana Ana Belén concedió la palabra a Hermana Rosa María para la lectura de su memoria.

Hermana Rosa María, con sencillez, a través de la lectura de su memoria, fue compartiendo la misión que realizó en el cuatrienio: planificación, relación de Hermanas, estadísticas, vida compartida al pasar por las comunidades y un largo etcétera; resaltando en el compartir, su búsqueda de «permanecer en salida», como María, en camino, en disposición para el servicio.

Llegado el momento de comentar la misión, concedió la palabra a Hermana Tránsito Najarro Valle que, compartió todo lo que en esta misión realizó, la animación a directoras en la misión que ejercen, el trabajo compartido, la respuesta recibida y el esfuerzo que en cada una fue percibiendo, la formación de laicos…

Asimismo, a continuación, Hermana Carlota Nicolasa Mérida Alvarado, procedió a dar lectura a su memoria, en ella describió el trabajo de otras mediaciones que realizan las Hermanas en las diferentes comunidades, tanto a nivel parroquial, como de salud y, por supuesto, sobre el voluntariado que se recibe y acoge en algunos centros.

Mucha vida entregada, mucha riqueza en la misión, mucho que agradecer, lo presentamos en la oración, que sea el Señor quien lo haga florecer.

Hna. Amanda Roxana Molina Recinos