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VOLUNTARIOS DE LA SERENA EN BUENOS AIRES

19 febrero, 2016

La vida de los ancianos y abuelos es un don para la Iglesia, ¡es una riqueza! Una gran inyección de sabiduría también para la entera sociedad humana: sobre todo para aquella que está demasiado ocupada, demasiado absorbida, demasiado distraída. Alguien tiene que cantar, también para ellos; cantar los signos de Dios, proclamar los signos de Dios, ¡rezar por ellos!

(Papa Francisco)

 

Siendo fieles al objetivo de vivir los cuatro ejes del “carisma anunciatista” mediante acciones concretas al servicio de hermanos y hermanas en Cristo, es que nuestro “Voluntariado Anunciatista” en este año, quiso desarrollar un tiempo de misión compartida con las Hermanas “mayores” Dominicas de la Anunciata que se encuentran en la casa provincial de Buenos Aires, Argentina.

Un grupo de 11 voluntarios, divididos en 3 grupos, vivimos y compartimos junto a las hermanas durante las tres primeras semanas del mes de enero, pudiendo, mediante el desarrollo de tareas caseras, acompañamiento y la oración, dar un testimonio de agradecimiento por toda la entrega valiente y solidaria que nuestras Hermanas “mayores” han entregado a la Iglesia y a nuestra querida congregación durante toda su vida.

Itinerario de nuestro voluntariado

La Providencia actúa…

Este nuevo tiempo de misión compartida con las Hermanas Dominicas de la Anunciata de la casa provincial en Buenos Aires, tuvo su génesis providencialmente, cuando el año 2014, en el marco del Encuentro de Educadores Anunciatistas, un grupo de profesores visitamos la casa provincial, conociendo a las Hermanas “mayores” y compartiendo brevemente con ellas.

A partir de ese encuentro, surgió la idea en el Voluntariado de poder compartir, acompañar y ayudar en labores domésticas a las hermanas. Transmitimos esta idea a nuestra asesora la Hermana Sila Miguel Calvo y desde ahí, junto con la Hermana Florentina Fernández, priora de la comunidad en Argentina, fuimos desarrollando y organizando la misión.

Preparándonos para la misión…

Como en otros años, esta nueva misión del Voluntariado se fortaleció con cuatro encuentros de preparación vividos durante el año 2015:

El primero de ellos permitió dar a conocer el proyecto de misión para el año 2016.

El segundo, organizar los equipos de trabajo y dar la bienvenida a nuevas voluntarias(o) que con mucho entusiasmo se sumaban a la misión.

El tercer y cuarto encuentro, gracias a la asesoría de la Hermana Sila, permitió conocer cómo es el día a día de las Hermanas Dominicas de la Anunciata y aprender de las diferentes oraciones que, durante las horas, desarrollan y así, hacer de nuestra misión, un gran tiempo para nuestro crecimiento personal y espiritual.

Ya en la casa Provincial de Buenos Aires…por tres semanas, nuestro hogar…

Con nuestras mochilas cargadas de cariño e incertidumbre por esta nueva misión, cada grupo de voluntariado llegó a la casa Provincial de Buenos Aires, encontrándonos con nuestras queridas hermanas “mayores” que nos acogieron con tanta ternura y amor, que, por tres semanas, la casa Provincial pasó a ser nuestro hogar.

Con ellas compartimos el día a día, empezando con la oración de Laudes y la Santa Misa, posteriormente, junto a las hermanas, apoyamos en los quehaceres diarios de toda casa: preparación de desayuno, limpieza y cuidados de las hermanas más débiles en su salud. Grato fue compartir los sanos y exquisitos almuerzos en una gran mesa familiar.

Durante la tarde, ayudamos en la preparación de la merienda, para luego participar y compartir la oración de Vísperas y el Santo Rosario. Nuestro día terminaba con el apoyo en la organización de la cena y el rezo de Completas.

Si bien, eran muchas las acciones que desarrollamos en conjunto con las hermanas durante el día, queremos destacar los momentos de diálogo y compartir fraterno que tuvimos con ellas, fueron esos momentos los más importantes de nuestra estadía en Buenos Aires, ya que logramos nutrirnos de las experiencias y miles de vivencias que nuestras hermanas “mayores” han realizado durante su vida. Descubrimos su fortaleza y el gran amor que manifiestan a Dios Padre y nos enseñaron que, a pesar de las dificultades, dolencias o enfermedades, el vivir con esperanza y alegría, ayudan a fortalecer el alma y la vida.

Palabras de agradecimiento…

Un pueblo que no respeta a los ancianos es un pueblo sin memoria y por tanto sin futuro (Papa Francisco). En torno a esta idea fue enfocada nuestra misión compartida, reconociendo que, en las queridas hermanas mayores, encontramos un tesoro de sabiduría y fe; esperanza y amor; paciencia y perseverancia. Tesoro que llevaremos en el fondo de nuestros corazones y que abriremos siempre en el futuro para los demás, siguiendo el ejemplo de nuestras hermanas.

Gracias Dios Padre, por la vida de las Hermanas “mayores” que son testimonio concreto de la fidelidad que todo cristiano debe vivir.

Gracias Hermanas Dominicas de la Anunciata, por abrir su hogar y corazón para que, en nosotros, durante tres semanas, tomara más sentido las palabras de San Francisco Coll: “El que ama a Dios conserva la paz en su corazón y la manifiesta en su semblante siempre igual en la adversidad como en lo próspero”

 

Cristian Carvajal Velásquez

 y Equipo de Voluntariado