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VIDA CONSAGRADA: MÍSTICA, PROFECÍA Y NUEVAS RELACIONES

4 marzo, 2020

Los días 21 a 25 de febrero se realizó el IV Congreso de la Vida Religiosa joven (Nuevas Generaciones), en Brasil Sao Paulo, en dicho Congreso participamos 180 religiosos de diferentes congregaciones y nacionalidades, entre ellos éramos 8 dominicos, con los que compartí la vida, los sueños y las esperanzas. Fueron días cargados de reflexión y enriquecimiento en todos los sentidos, desde el ambiente hasta el paisaje, pasando por la oración y la mística y el experimentar comidas propias de ese hermoso país.

Y ahora paso a la reflexión de los temas.

En cada tema los ponentes nos hicieron cuestionar sobre nuestra presencia religiosa, en medio de esta sociedad líquida, que busca su propio bienestar y se olvida de los sufrientes de la historia.

Los temas recibidos fueron pensados a través de una pesquisa que se nos hizo, previo al Congreso. En esa pesquisa la mayoría de Consagrados expresó desánimo por la Vida Religiosa, no porque no tuvieran vocación, sino porque muchas veces no hay confianza, hay abuso de poder y unas estructuras que oprimen y hacen que los jóvenes pierdan el encanto por la Consagración.

En el primer tema, “la mística desde un ardor pedagógico”, la hermana Sirlei do Rocio, expresó que estamos en el mejor siglo para la formación, porque es momento de integrarnos, en lo afectivo, psicológico y espiritual, pero qué pasa, que no todos los jóvenes religiosos tienen esta oportunidad y por eso muchas veces pasa lo que está pasando en la Iglesia, porque no hay una educación en lo afectivo sexual. Decía la hermana si en la formación tuviéramos presente lo afectivo sexual, otra vida Religiosa podría ser posible, ya que lo que importa es la madurez de la persona, sus pensamientos, sentimientos y emociones.

A la Vida Religiosa, en sí, a nuestros superiores les falta confiar en los hermanos y hermanas jóvenes, no podemos caer en la tentación de juzgar, menos de comparar, porque cada generación es diferente y ninguna es mejor que la otra, los tiempos cambian y hay que cambiar con ellos. María en su mirar atento y solidario en Caná (Jn 2, 1- 11), encontró la solución para los novios, nosotros Consagrados, Consagradas, ¿qué solución podemos encontrar?

Vivimos en tiempos donde la Vida Religiosa ya no es más una teoría, sino vivencia de los votos. El testimonio tiene que impactar en la sociedad, expresó Cadú, sociólogo y especialista en temas de juventud. La Vida Religiosa del futuro, o sea las Nuevas Generaciones, deben ser: escuelas de oración, de fraternidad, de opción radical por el pobre (las mujeres, los indígenas, los homosexuales). No dice nada una Consagración que vive de puertas adentro, él o ella y su dios y se olvida de los hermanos. El místico es aquel que ama a Dios en sus hermanos, porque de qué sirve rezar si nos olvidamos de los demás (St 2, 18).

Otro punto de reflexión fue el papel de la mujer en la Iglesia. Aquí se tocó el tema de los estudios. Muchas hermanas expresaron que no tenían oportunidades para una formación teológica, porque se piensa erradamente, que solo los seminaristas pueden estudiar, ellos van a ser sacerdotes y tienen un compromiso pastoral, nosotras también lo tenemos. El estudio de la teología es vital para formar una síntesis interior, necesaria para nuestra madurez humana y espiritual. Mujeres teológicamente formadas son esenciales en la vida de la Iglesia, no es simplemente una cuestión de intuiciones que de otra manera se perderían, es una cuestión de las posibilidades de colaboración, de la llamada a predicar, de la igualdad de mujeres y hombres, retos que nunca se abordarán adecuadamente si éstas no se comprometen a un estudio serio, sistemático, de acuerdo a las nuevas necesidades de la Iglesia y de la sociedad.

Nadie es superior al otro, fue la consigna que se nos repitió, cada uno de nosotros tiene una misión que cumplir, pero esa misión tiene que ser profética, de denuncia, de anuncio y alianza y para ello tenemos que ser hombres y mujeres visionarios, profundos, sembradores de esperanza, atentos a las necesidades del pueblo, alegres y apasionados por la vida, porque donde hay un religioso debe haber alegría (Papa Francisco).

La visita a la Virgen en Aparecida fue significativa, fue emocionante estar allí, es un lugar donde se respira paz, tranquilidad, además que cada detalle habla de la integración, de la inculturación, del hombre con Dios, con los hermanos y con la naturaleza. Fue un espacio para encomendarse a nuestra Madre y pedirle la fuerza y la sabiduría necesaria para hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas. Gracias Madre por haber dicho que sí, por darnos a Jesús y por mostrarnos con tu sencillez de vida el camino a seguir.

Muchas gracias queridas hermanas por permitirme participar de este Congreso, por hacer posible que la formación sea integral y auténtica, yo sé que no es fácil, pero le pido a Dios y a nuestros santos intercesores, Domingo y Francisco que me ayuden, que nos ayuden a abrir nuestra mente y nuestro corazón para ser mujeres coherentes con el sí que un día profesamos. Quiero agradecer especialmente a nuestras hermanas de Brasil, a la comunidad de Belo Horizonte que con mucho cariño me acogió y me hizo parte de su día a día, fue muy bonito y emocionante estar en la escuela de música fundada por la Hermana Rosa Font. No tengo palabras para expresar todo lo que sentí al estar allí, esta experiencia se quedará en mi mente y en mi corazón. Obrigada por cada detalle, gracias Hermana Doris por estar preocupada por mí, para que entendiera el idioma y me sintiera en casa, no se les escapó un detalle, regreso con el corazón contento y con mucha ilusión de continuar la misión encomendada. Como te pagaré Señor todo el bien que me haces.

Hna. Norma Esperanza Rios Cabrera.