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A las 16h del día 12 de diciembre de 2012, nos reunimos en Manresa, junto con la Priora general, Secretaria y Ecónoma generales, las Hnas. del Consejo provincial de la Provincia San Raimundo de Peñafort y las Hnas. del Equipo coordinador de la Provincia Ntra. Sra. del Rosario.

El motivo de la convocatoria tenía como finalidad principal la lectura del Decreto de Unificación de ambas provincias catalanas y temas relacionados con la misma.

Se desarrolló la reunión en un clima de cordialidad, confianza, escucha y diálogo en el que todas pudimos expresar informaciones, opiniones y sentimientos con total libertad.

Vivimos un momento solemne al escuchar del Decreto que la Hna. Mª Natividad Martínez, Priora general, nos leyó, por el cual la Provincia Ntra. Sra. del Rosario pasaba a formar parte de la Provincia San Raimundo de Peñafort con su recorrido histórico, su trayectoria misionera, sus vivencias y proyectos; toda la vida ofrecida con generosidad por tantas y tantas hermanas desde 1925 hasta la fecha de hoy. Son 85 lugares en los que esta parcela de la Anunciata ha hecho crecer el Reino de Dios con todas las luces y sombras propias de la debilidad humana.

Tras un emotivo abrazo, la Hna. Mª Isabel Andrés, en nombre de la Provincia San Raimundo de Peñafort expresó con esta breves palabras los sentimientos y deseos de todas las Hnas.

Estamos llamadas a formar un solo

cuerpo en un mismo espíritu

y una misma vocación y esperanza en Cristo. (cf. Ef 4, 4)

Queridas Hnas. de la Provincia Ntra. Sra. del Rosario:

Con actitudes de humildad y confianza; valoración y respeto; pertenencia y complementariedad; donación, escucha y comunicación, nuestra Provincia San Raimundo de Peñafort os acoge.

Que el Señor nos conceda la fuerza de su Espíritu para que caminemos juntas construyendo su Reino.

Hnas. del Consejo Prov. San Raimundo de Peñafort

Compartimos después una merienda ofrecida con cariño por la comunidad de Manresa y a continuación celebramos en la capilla las solemnes Vísperas preparadas para este acontecimiento, participando intensamente en las plegarias. Finalizamos con el canto «Salve, Madre mía Reina del Rosario» que hizo brotar lágrimas a más de una hermana.

Nos despedimos con todo el afecto y con ganas de participar juntas, unidas en la misma llama, en la nueva etapa provincial que iniciamos.

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