UNA VIDA DADA, RECIBIDA, TRABAJADA Y ENTREGADA.
La vida de nuestras hermanas estudiantes es un don recibido de Dios; a la manera que Dios nos ofreció a su Hijo a la humanidad, Dios las ha ofrecido a la congregación. Ellas están en proceso de descubrir cuál es la voluntad de Dios para cada una.
Su vida cotidiana en el estudiantado se desarrolla feliz y crecen en todos los aspectos porque saben mantener el equilibrio dándose con generosidad a vivir los distintos pilares de la vida de una Anunciata. El estudio, la vida comunitaria, la oración, el apostolado…
Están en el último tramo del año escolar y los acontecimientos comunitarios y litúrgicos son numerosos, le ocupan un gran espacio de tiempo, pero su entrega generosa y la buena organización de su tiempo, les ayuda a llegar a todo: dejar lo que están haciendo para colaborar juntos en las tereas comunitarias, ayudar a la llegada del mercado, dar de comer a los conejos, buscar les hierba, preparar los exámenes, el apostolado y la oración. Escenas de todo tipo os presentamos en las imágenes.
La Oración… su fuerza.
La unión… la colaboración y la entrega…su alegría.
Acompañémoslas con la oración y el testimonio para que en sus nuevos destinos sigan progresando en los valores de interiorización, fraternidad, celo apostólico y en el entusiasmo y sano orgullo “etre fiere” de ser hijas del P. Coll: sencillas, cercanas, laboriosas, orantes, generosas misioneras humildes y profundas.
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Comunidad de Yaundé-Nylon