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Se han iniciado en el Colegio Fátima de las Dominicas de la Anunciata en Santa Tecla, El Salvador, con un pequeño acto, las vísperas de la Canonización de nuestro Obispo y Mártir Oscar Arnulfo Romero. Preparándonos para este domingo 14 de octubre y ser parte de la historia de nuestro país. Nuestro primer Santo Salvadoreño.

Hoy recordamos con gran júbilo a San Romero de América. El Monseñor Romero “de todos y el Monseñor Romero de casa”.
Desde muy pronto se dijo que Monseñor Romero era universal, su universalidad se enmarca desde tres momentos importantes dentro de la historia, el primero tuvo lugar en 1980 cuando Pedro Casaldáliga lo nombró “San Romero de América”
El segundo tuvo lugar en 1998, la iglesia anglicana colocaba su estatua entre los diez mártires cristianos del siglo xx, el tercero se da el 20 de diciembre de 2010, Naciones unidas proclamó el 24 de marzo, Día Internacional del derecho a la verdad en relación con violaciones graves de los derechos humanos y de la dignidad de las víctimas, reconociendo los valores de Monseñor Romero y su dedicación al servicio de la humanidad, en el contexto del conflicto armado como humanista consagrado a la defensa de los derechos humanos, la protección de vidas humanas y la promoción de la dignidad del ser humano, sus llamamientos constantes al diálogo y su oposición a toda forma de violencia para evitar el enfrentamiento armado, que en definitiva le costaron la vida el 24 de marzo.
El “de casa” el significado solemne de Monseñor “de todos” Sólo se entiende desde el Monseñor en su casa, el Salvador, y en sus habitantes, su compasión ante el sufrimiento de los oprimidos y su entrega para defenderlos fue proverbial: “a mí me toca ir recogiendo cadáveres”. A los campesinos amenazados y perseguidos les dijo: ustedes son el pueblo crucificado. Que toda su vida sea una invitación para ser micrófonos de Dios en medio de esta realidad que nos toca vivir.
Fue la introducción con la que el día 8 de octubre, en el Colegio Fátima, daban inicio las celebraciones que prepararían a toda la comunidad educativa a la Canonización de Monseñor Romero. Se reflexionó la Palabra, se cantó a Monseñor, se declamó “San Romero de America”. Los pequeños le llevaron una ofrenda floral… se llevó procesionalmente la imagen de nuestro querido Pastor y Mártir a cada uno de los salones. Todo se queda corto, porque la fiesta es grande y por qué no decirlo, emociona grandemente.

(de anunciatasm.org)