NOTICIAS

RAZONES DEL INTERES Y RAZONES DEL AMOR

3 diciembre, 2019

Antes las voces que claman hay que ir más allá de las razones y de los argumentos. Porque hay razones y argumentos para todo. Desgraciadamente cada vez me convenzo más de que todas las razones son interesadas. Y cuando se trata de intereses cada uno suele mirar por los suyos. Lo malo es que, en muchas ocasiones, estos intereses propios, están condicionados por lo que el cristiano llama pecado. Una traducción secular de esta mala manera de entender el interés propio sería la cortedad de miras. Cuando el interés propio se limita a lo que soy y tengo, entonces es un interés corto. Cuando el otro es también mi interés y la necesidad del otro es también mi propia necesidad, entonces hemos superado el pecado y entrado en el ámbito de la gracia. Una traducción secular de la gracia sería entender el interés en sentido amplio, dejando de mirarme sólo a mi mismo, para ver en el otro una prolongación de mi propia humanidad.

Para ir más allá de las razones y de los argumentos hay que entrar en el terreno del amor. Amor no es ingenuidad. El amor es lúcido. Pero lo que, sobre todo, no es el amor es indiferencia. Hoy hay poca ingenuidad, pero mucha indiferencia. Pongamos como ejemplo la cuestión ecológica. Aquellos que se niegan a escuchar las voces que, como hizo el Papa Francisco, advierten contra la degradación de la naturaleza y hacen notar que las malas consecuencias de esa degradación las sufren los más pobres, sólo piensan en su interés inmediato, de modo que sus finanzas y sus réditos les impide ver la economía real, el día a día de los que tienen dificultades para llegar a fin de mes.

Martín Gelabert Ballester, OP

Fuente de la noticia: nihilobstat.dominicos.org