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LA ANUNCIATA EN ROMA – ITALIA

12 octubre, 2020

La comunidad de las Hermanas Dominicas de la Anunciata en Roma vio la luz el año que celebrábamos el centenario de la Congregación en 1956. En los inicios de la fundación la comunidad contaba con actividades muy diversificadas:

  1. Las hermanas acogían estudiantes, pero dicha actividad no salió adelante por las exigencias de parte de las jóvenes.
  2. También, se comenzaron a acoger grupos de todo tipo y nación para visitar Roma. Este trabajo se llevó a cabo durante bastantes años.
  3. Las hermanas se dedicaban igualmente a la atención de algunas personas mayores, que habían pedido poder residir en nuestra casa. ¡Hubo bastantes! Pero muchos de ellos, en gran mayoría señoras, iban muriendo y ya no se admitían más porque las exigencias del Estado, con relación a este tipo de residencias, iban aumentando.
  4. Después, cerca de la zona, edificaron el hospital Gemelli y comenzaron a solicitar acogida enfermos y familiares que los acompañaban. En esta época, además, se abrió un parvulario. Durante mucho tiempo dispensábamos estos dos servicios en nuestra comunidad: por una parte, acoger, atender y cuidar a enfermos y familiares del hospital; y por otra, las clases de infantil que daban gran colorido y alegría a la casa. Dichas actividades funcionaron muy bien durante años, pero, poco a poco, fue reduciéndose la matrícula en infantil, porque iba disminuyendo la natalidad, y ya en el año 1993, las hermanas se vieron obligadas a cerrarlo.
  5. Las Hermanas estaban muy abiertas al barrio y a la parroquia, se participaba bastante en catequesis y en otras actividades. Durante unos años nuestra iglesia fue “Sucursal parroquial” porque el acceso a la parroquia no era fácil, tanto para personas mayores, como padres con niños, además acudía tanta gente a la iglesia que había que poner sillas. Por ello se organizaban grupos de oración y de la Palabra de Dios compartida en la “Sucursal” o en las familias. Durante el año Mariano iban con la Virgen por las familias, cada semana a una y se rezaba el rosario. Colaboraban mucho las estudiantes de aquí del Colegio San Damián. ¡Era una verdadera familia cristiana!
  6. Una hermana de la comunidad trabajó en Santa Sabina, otras estudiaron para poder dar clase en el centro de infantil y otras vinieron para hacer estudios y, al terminar, regresar a su país de origen.
  7. Los grupos de formación permanente de la congregación comenzaron a venir a realizar sus estudios en Roma en 1979, año de la Beatificación de Nuestro Padre Francisco COLL. Estos grupos fueron enriquecedores para todos, tanto para las hermanas que venían, como para la comunidad que las acogía; porque esta dinámica de trabajo y acogida les ayudaba a permanecer abiertas, acogedoras, serviciales y alegres. El último curso de formación permanente se realizó el año 2005.
  8. No podemos hablar de la fundación de nuestra casa de Roma sin mencionar a nuestros hermanos Dominicos de Roma. Ellos estuvieron muy pendientes de las hermanas, ayudándolas en todos los aspectos, desde traerles sillas hasta realizar papeleo burocrático. Desde el inicio se notaba cercanía y verdadera fraternidad.

Todo lo citado se ha hecho posible porque las hermanas eran todas muy jóvenes de edad y llenas de vida. Ahora, la comunidad sigue gozando de su juventud espiritual en una proyección apostólica que perdura de manera diferente, en función de la realidad y las posibilidades.

La Comunidad de Roma continua la misión en:

  • Asuntos de la Congregación ante la Santa Sede (Casa Procura)
  • Acogida a enfermos y a sus familiares que deben permanecer en Roma por motivos de enfermedad. Provienen en su mayoría del interior del país. Los residentes están, en general, muy contentos de este ambiente tranquilo que les ofrecemos porque, en medio del dolor, sufrimiento y, lejos de sus hogares, encuentran aquí unas hermanas que de cuerpo y alma se entregan a atenderles; agradecen siempre la acogida, la escucha, la paciencia y el bien hacer.
  • Abiertas a otras realidades y circunstancias como la acogida de grupos o visitantes de Roma.
  • Ofrecer nuestra casa como espacio de acogida para Cursos de la Congregación y acoger a hermanas, de las distintas Provincias, que son enviadas a realizan cursos en diferentes Institutos de Roma.
  • Atender a compromisos que la Priora General solicite de esta Casa y de la Comunidad.

Durante el curso 2020-2021, nuestra Casa Procura está integrada por 9 hermanas de distintas nacionalidades, de ellas seis son españolas, una de costa de marfil, una filipina y una brasilera. La media de edad es de 72 años. Es la única comunidad presente en Italia.

¡Ojalá el Señor bendiga a la Anunciata con muchas y santas vocaciones para reforzar la de Roma y abrir otras ,si tal es su voluntad!

Hna. Edwige kemo

LA ANUNCIATA EN ROMA – ITALIA