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II ENCUENTRO DE VOLUNTARIOS 2017

12 abril, 2017

Nuestro segundo encuentro anual del voluntariado se ha llevado a cabo en Barcelona, el 1 de abril en el colegio de FEDAC-Amílcar y en Madrid, el 8 de abril 2017 en la Casa general de las hermanas Dominicas de la Anunciata.

El encuentro se inició con la bienvenida, presentación y explicación por parte de la H. Miriam Zapeta sobre el programa del día. Este segundo encuentro vuelve a incluir algún elemento de formación-reflexión, criterios a tener en cuenta para participar en una acción de voluntariado y posibles comunidades de acogida y sus propuestas de actividades o necesidades en los diferentes centros que atienden.

La primera reflexión de nuestra jornada es sobre las Bienaventuranzas de Jesús y las bienaventuranzas del voluntariado en relación al tema de la felicidad, la justicia social y la solidaridad. Este tema, preparado por Carme Panella, fue motivo de reflexión y comentarios muy interesantes para todos.

Los que estuvimos en el encuentro en Barcelona, tuvimos la suerte de escuchar la experiencia de Mireia Salietti, realizada el pasado verano durante el mes de agosto en CahabónGuatemala. Esta experiencia la hizo junto con Georgina Busby en el centro educativo de la Misión de Santo Domingo, creado en 1985 y que cuenta con escuela y un internado femenino de 90 chicas entre 16 y 22 años, que se quedan incluso los fines de semana y sólo regresan a sus casas durante los periodos largos de vacaciones escolares. Los alumnos de la escuela provienen de todos los lugares y pueblos de alrededor de Cahabón.

Mireia destacó que esta experiencia coincidió con la celebración jubilar de los 800 años de la Orden dominicana. Se nos muestran vídeos y fotos de las celebraciones festivas en torno a la efeméride. Compartió igualmente las actividades que llevaron a cabo durante su estancia como «el árbol de la vida», técnicas de estudio y expresión oral, geografía, particularidades sobre el mundo de las adicciones, refuerzo de castellano e inglés y otras actividades.
Tanto Mireia como Georgina, la conclusión que extrajeron de su estancia es el valor de la educación y las ganas de aprender que muestran los alumnos allí —la educación es un lujo y las familias hacen grandes esfuerzos para enviar los hijos a la escuela— y el hecho de que son felices compartiendo contigo lo poco que tienen.

A partir del compartir de Mireia resaltamos la capacidad de la gente para compartir lo poco o mucho que tienen, y la especial, ancestral y ritual relación que tienen con la naturaleza, que se manifiesta sobre todo en las celebraciones y por eso nos sentimos muy  incómodos al saber que ciertas  personas de nuestro país van contra el desarrollo, la justicia social y del patrimonio natural de aquellas tierras, porque ponen en peligro el ecosistema de estas tierras, más en concreto del río Cahabón.

Como grupo también reflexionamos sobre «el volver a casa» después de una experiencia. Volver es a veces un choque. Te das cuenta de lo poco que necesitaríamos para vivir y del exceso de cosas que tenemos aquí. ¡Es una cuestión de valores! y por eso la H. Miriam insistió en la necesidad de hacer una relectura de la experiencia para interiorizar la vivencia. Es decir, asimilar el choque, aterrizar, recuperarse, compartir los sentimientos de la experiencia, adoptar un estilo de vida más consecuente para continuar sembrando nuevas semillas de voluntariado.

Después de la experiencia compartida, seguimos con la reflexión sobre el voluntariado, y el tema que nos ocupaba era: ¿Desde dónde nos proyectamos?        

En un primer momento nos detuvimos sobre los países y comunidades donde se han llevado a cabo las experiencias: Perú, Argentina, Brasil, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Ruanda, Camerún, Costa de Marfil, Benín y Filipinas, desde las diferentes comunidades de hermanas Dominicas de la Anunciata.

Se destacó de manera especial la vida de los pueblos, de las personas con las que nos encontramos en las experiencias… es una tierra sagrada, marcada por su historia, por el contacto con la naturaleza, las celebraciones festivas, valores como la solidaridad, respeto, acogida, gratuidad. El voluntario necesita conocer la cultura, la realidad del país donde se llevará a cabo la experiencia. Es necesario que se empape de aquello con lo que se encontrará, que conozca las particularidades de aquel lugar y pueda respetarlo, acogerlo. Son pueblos marcados por la pobreza, la violencia, el sufrimiento, pero también llenos de alegría, de fiesta, de esperanza. El tiempo allí pasa muy rápido, pero se vive intensamente y por eso la experiencia marca al voluntario.

Nuestra reflexión continuó con la parábola de la sopa de piedra… ¡Todos salimos ganando! ¡Ojalá esa piedra esté siempre empapada de humildad y humanidad!

Otro elemento de la reflexión fue la Anunciata en el mundo, su carisma y misión.

El objetivo es conocer mejor a las hermanas Dominicas de la Anunciata porque compartimos con ellas nuestra misión, nuestra experiencia. Para algunos ya nos resulta muy familiar porque estamos compartiendo con las hermanas desde hace muchos años, para otros no tanto, por eso es necesario conocer su talante misionero y solidario, su estilo de vida, su carisma, sus opciones.

Hna. Miriam nos presentó algunos pilares del carisma de la Anunciata.

Finalmente la reflexión se centra en el voluntario. Nos preguntamos ¿Qué nos motiva? ¿Qué podemos aportar? La reflexión fue muy enriquecedora, y para ello se tuvo en cuenta la experiencia de los voluntarios que llevan años aportando su granito de arena.

Terminamos nuestro encuentro con los criterios a tener en cuenta antes, durante y después de la experiencia, aspectos prácticos para el viaje y, por supuesto, todos estábamos con ganas de conocer la lista de comunidades que nos pueden esperar este verano.

Al final de la jornada todos los participantes concluimos que el encuentro valió la pena, y que «siempre hay algo que enciende la llama del voluntariado». Nos damos cita para el próximo encuentro misionero y solidario previsto para finales de septiembre, porque como equipo de voluntarios hemos de celebrar nuestro largo recorrido como grupo de reflexión y de compromiso en la construcción de un mundo más humano y justo, porque hacemos nuestra la afirmación de Luis A. Aranguren: «El cambio de época que vivimos, lejos de asustarnos, ofrece al voluntariado el desafío de inaugurar nuevas posibilidades de humanización».

A todos las personas que hicieron posible nuestro encuentro tanto en Barcelona como en Madrid nuestro más sincero agradecimiento.

(Resumen de la crónica del encuentro realizada por Carme Panella)