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El día 9 de septiembre, la bella villa de Cadaqués se viste de fiesta. Es una fecha singular para la Congregación: después de 80 años de haber salido las hermanas de la población a causa de la contienda bélica de 1936, la parroquia, el grupo de estudio y reflexión Vivarium Gerisena y muchos habitantes de la población, quisieron rendir homenaje a las Dominicas de la Anunciata por la tarea educativa y evangelizadora que durante 58 años llevaron a cabo en ese lindo rincón junto al Cabo de Creus.

Fue un acto sencillo pero muy emotivo. Empezó con música de órgano entonando «La sardana de les monges». El párroco, D. Jaume  Angelats, presentó el acto, recordó la gran obra de las hermanas que pasaron por Cadaqués y la semilla que dejaron y que ha ido fructificando. También presentó el proyecto de rehabilitar los espacios que habían ocupado las hermanas y la escuela, ahora muy deteriorados, para establecer un centro que aúna espiritualidad, cultura y arte, como una continuidad de la herencia que dejaron las hijas del Padre Coll.

La H. Mª Asunción Mitjans, por encargo de la Priora general, habló en nombre de la Congregación, agradeciendo este reconocimiento. Recordó que las hermanas en Cadaqués, como en otros tantos lugares hacían presente el deseo del Padre Coll de esparcir la verdadera doctrina enseñándola por las poblaciones grandes y pequeñas a través de la educación, y tuvo palabras agradecidas hacia las personas que hicieron posible esta fundación. Citó a las primeras religiosas que empezaron la obra educativa en Cadaqués, resaltó a las cinco hermanas que vivieron y fallecieron en esta localidad y están enterradas en el cementerio local y nombró también a las hijas de la villa que se sintieron llamadas por el Señor a formar parte de la familia de la Anunciata.

La señora Irene Rigau, exconsejera de educación de la Generalitat de Cataluña, ensalzó la tarea educativa que llevan a cabo las Dominicas de la Anunciata desde hace 160 años y la gran intuición del Padre Coll que lo llevó a una verdadera promoción de la mujer desde los valores cristianos.

Momento emocionante fue el de los testimonios: personas ancianas, antiguos alumnos y alumnas de las hermanas que recordaban con cariño sus enseñanzas. También hubo hijas de antiguas alumnas que mostraban fotos y trabajos que guardaban de sus madres, junto con los recuerdos que habían oído contar en familia.

Finalizó la celebración con la participación de la coral de personas mayores, una nueva intervención de la organista con la música de la sardana «La Moreneta» y la visita a una pequeña exposición fotográfica de la época en que las hermanas estaban en el colegio, así como a los lugares donde éste estuvo ubicado.

H. Mª Asunción Mitjans