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HH. CAPITULARES – CELEBRACIÓN BICENTENARIO

6 agosto, 2012

LAS HERMANAS CAPITULARES CELEBRAN EL BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL PADRE COLL

El 25 y 26 de Julio tuvo lugar la Celebración del Bicentenario del Nacimiento de San Francisco Coll con las Hermanas Capitulares. Celebración internacional, intercontinental, pues en el grupo están representados todos los rincones del mundo, 20 países, en los que está presente la Congregación.

La H. Loli Abad nos deleitó con una proyección audiovisual: «Que no se apague su luz». Imágenes significativas en la vida del Padre Coll; frases y pequeños textos que iluminan la vida y misión de Francisco Coll, misionero y fundador. Proyección rica en contenido, en imagen y música bien combinada con los fundidos de pequeños cortos de video.

A continuación iniciamos un recorrido por el patio, donde hicimos memoria de cinco momentos importantes, significativos, en la vida del Padre Coll: INFANCIA – TÚ, COLL – QUIERO HACER PROFESIÓN Y PROMETO – ES OBRA DE DIOS – AMAD A JESÚS Y A MARÍA.

Fuimos recorriéndolos detrás de una antorcha encendida que iba iluminando cada momento, cada situación. Con En silencio y en actitud reflexiva y orante, escuchamos un texto con el contenido propio de cada momento de luz y un interrogante para nuestra vida hoy.

Finalizó este recorrido ante el altar donde se veneran los restos de San Francisco Coll y ante la imagen del Fundador. Veinte cintas de veinte colores salían de su mano hasta enlazarse en cada una de las velas significando los 20 países en los que la Anunciata está presente. Las hermanas de los distintos países o representando a los mismos fueron encendiendo la luz de la Anunciata que está viva en el mundo.

Final muy emotivo: Aquí están los restos del Padre Coll, se nos decía, pero su luz y su mensaje está presente y vivo en La Anunciata, en los cuatro continentes, en cada comunidad y en cada hermana. Terminamos gritando al unísono: QUE NO SE APAGUE SU LUZ. Aplausos emocionados y el canto Santo Fundador cerraron esta vigilia de oración en la Casa Madre, en Vic.

Al día siguiente, Laudes solemnes del Padre Coll en Vic y Celebración de la Eucaristía en Gombrèn. Las hermanas de la comunidad nos acogieron con variedad de cocas y bebidas. La Eucaristía en la Iglesia parroquial, presidida por Mosén Melitó Tubau.

La Eucaristía en la Parroquia precedida por una procesión de entrada portando en andas la estatua de nuestro Padre que iba pasando de unas a otras, gesto simbólico en el que nuestra H. Mª Natividad, priora general, nos centró con estas palabras: «Hoy, Padre Coll, queremos comprometernos con este gesto de acercarte al altar entre todas, a ser portadoras de tu legado, de tu carisma, con el gozo y el orgullo que sentimos de ser continuadoras, mujeres predicadoras de la Buena Noticia, preocupación ésta que ocupó tu corazón y motivó tu proyecto apostólico.»

A continuación, otro gesto muy significativo: En torno a la pila bautismal, en la que hace doscientos años el sacerdote pronunció sobre Francisco Coll aquellas palabras que lo marcaron para siempre: «Francisco José Miguel, yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,» se nos invitó a evocar la gracia de nuestro propio bautismo. Para hacérnoslo más vivo, el sacerdote fue derramando sobre cada una de nosotras el agua bendita.

El párroco de Gombrèn nos hizo vibrar con sus palabras llenas de amor hacia el Padre Coll y su propia experiencia de vocación sacerdotal en la que tuvo mucho que ver la faceta que conoció de la devoción de San Francisco Coll por el rezo del Rosario.

Terminamos la Eucaristía cantando con todas las fuerzas «El Himno al Padre Coll».

Nuestras hermanas nos esperaban con una mesa magníficamente preparada, y a todas nos embargaba una alegría especial: la de de sentir en las paredes de esa casa la resonancia de una familia que hace doscientos años acunó y fortaleció la vida incipiente de un gran santo: San Francisco Coll.

Luego emprendimos el camino hacia Montgrony. Las hermanas de cada Provincia fueron animando el rezo del Rosario; inquietudes, pidiendo vocaciones y dando gracias por todo lo que en cada país la Anunciata va realizando.

Y con un día precioso, lleno de espiritualidad y recuerdo homenaje a San Francisco Coll, volvimos a Vic.

GRACIAS a las Hermanas de Vic y Gombrèn, que nos han facilitado tener esta preciosa Celebración del Bicentenario del nacimiento de San Francisco Coll.