NOTICIAS

Guía para ‘aprojimarse’ con ‘Fratelli tutti’

9 octubre, 2020

INDICE DEL PLIEGO

GUIA PARA APROJIMARSE COMO HACER REALIDAD LA FRATERNIDAD Y LA AMISTAD SOCIAL QUE PROPONE «FRATELLI TUTTI»

MUJER: Hermanas y amigas nuestras, por Carme Soto Varela, sierva de San José
DIGNIDAD: La carne de tantas heridas, por Fr. Santiago Agrelo, arzobispo emérito de Tánger
COMUNICACIÓN: Una paradoja que ilusiona, por Antonio Montero Cuenca, director de ‘Pueblo de Dios’ (TVE)
CARIDAD: En los zapatos del buen samaritano, por Alejandro Fernández Barrajón, religioso mercedario
FRATERNIDAD: Tocar a los últimos, por Peio Sánchez, sacerdote de la Archidiócesis de Barcelona
SERVICIO: La sólida solidaridad, por José Luis Pinilla, jesuita.
MIGRANTES: Evangelio sin fronteras, por Hna. Leticia Gutiérrez Valderrama, misionera scalabriniana
HAMBRE: Un clamor y una vergüenza, por Teresa Ruiz Ceberio, religiosa de las Hermanas Auxiliadoras
DIÁLOGO: En el mismo arca, por Tíscar Espigares, Comunidad de Sant’Egidio
FE: Concentrarnos en lo esencial, por Margarita Saldaña Mostajo, Fraternidad de Hermanitas del Sagrado Corazón de Carlos de Foucauld

RESUMEN

En el primer capítulo de la encíclica, al describir las sombras que oscurecen el mundo en el que vivimos, el Papa presenta brevemente la situación de las mujeres en el mundo. Por un lado, denuncia que el reconocimiento de la dignidad e igualdad de las mujeres en nuestras sociedades sigue siendo más formal que real. Y, por otro, subraya que las mujeres, por el hecho de serlo, somos más vulnerables a la pobreza, la exclusión, el maltrato y la violencia (n. 23).

‘Fratelli [sorelle] tutti’ es un regalo que nos desafía y nos invita a hacer de este mundo un hogar para todos y todas. Por eso, deseo que nuestra Iglesia sea un referente de igualdad, de inclusión y reconciliación para el mundo.(…)

El corazón jamás latirá por una abstracción, y en los documentos del Magisterio, la dignidad humana corrió demasiadas veces el riesgo de quedarse en una vieja, entrañable y arrugada abstracción, por la que solo corazones ya entregados podían seguir latiendo apasionados. En la encíclica ‘Fratelli tutti’, la dignidad se hace carne (n. 39).

La dignidad es siempre universal como los principios, pero hemos de verla siempre tan singular como lo es una herida para quien siente su dolor. Porque es universal, la dignidad se predica de todos: “Dios ha creado todos los seres humanos iguales en los derechos, en los deberes y en la dignidad, y los ha llamado a convivir como hermanos entre ellos”. Pero, porque es singular, la dignidad se reconoce propia “de cada persona humana”, y se sueña con “hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad”. (…)

‘Fratelli tutti’ me ilusiona como comunicador. Además de recapitular ocho años de pontificado, irrumpe de nuevo con un lenguaje “franciscano” que desafía al mundo con sencillez e incita a transformar la realidad presente sin caer en la mundanidad. Un aggiornamento oficioso de la Rerum novarum en la recién estrenada etapa post-Covid. Una declaración universal de intenciones para hacer todas las cosas nuevas en este desorden mundial que vivimos, sin populismos de sacristía. (…)

Hombres heridos, cautivos, maltratados por la pandemia, los hay a cientos por las calles de la sociedad del bienestar. Las pobrezas de todo tipo han crecido como ortigas entre los surcos curtidos de la piel de la modernidad. No es el virus del COVID-19 el que nos somete, es el virus del desamor el que nos doblega. O somos hermanos o no lo somos, no hay medias tintas. Si creemos, algo tiene que tocarnos la piel y el bolsillo. La verdadera herejía no es disentir de la doctrina oficial, sino hacernos insensibles a la injusticia y deshumanizarnos. (…)

Desde mi experiencia acompañando a las personas sin hogar en el Hospital de Campaña de la parroquia de Santa Anna de Barcelona y como profesor de Antropología Teológica, puedo decir con Francisco que “la vida subsiste donde hay vínculo, comunión, fraternidad” (n. 87). Este número introduce el capítulo tercero (“Pensar y gestar un mundo abierto”) de ‘Fratelli tutti’, sobre la perspectiva universal del amor en clave cristiana. (…)

Quizás cuando nosotros decimos que Jesús es Dios, ya tenemos una definición clara de lo que es Dios. No sé si verdadera o falsa, pero una idea: Dios es todopoderoso, eterno, principio y fin de todas las cosas. Vamos a corregir un poco esta imagen desde el otro foco. Si en vez de decir que “Jesús es Dios”, decimos que “Dios es Jesús” (¡que también es verdad!)… ¿cómo es Dios?. Pues Dios es frágil, pequeño, pobre, necesitado de cariño, que tiene frío, que produce compasión. Que no tuvo albergue para nacer. (…)

Frente al horizonte de la nueva era de la civilización, llega la encíclica [Hermanas y] ‘Hermanos todos’, un llamado a repensarnos como humanidad de manera integral. El papa Francisco nos ofrece algunos puntos a reflexionar y nos propone otros principios fundantes que nos conducen a retomarnos y recrearnos desde la propuesta de vivir con sabor a Evangelio, con sabor a humanidad. Entre los temas que más preocupan de la era decadente en la que vivimos sus resistencias, está la cultura del descarte, de la indiferencia, de los muros, de la xenofobia, del trato desigual hacia la persona extrajera, de la migración, etc. (…)

“El hambre es criminal, la alimentación es un derecho inalienable”, dice el Papa. Desde la amistad social que acompaña a esta encíclica, evoco las imágenes de las multitudes de hambrientos saliendo de Honduras hacia Estados Unidos o de los africanos que arriesgan a diario sus vidas para llegar a Europa. Clamor que Dios escucha y nos invita a escuchar ahora y aquí. En uno de mis encuentros en el CIE con jóvenes africanos, huidos de su tierra en busca de una vida mejor, uno de ellos me dijo: “Cuando atravesaba la segunda valla para saltar a España, me sentí desfallecer, pero sentí que Dios me decía: ‘Salta, estoy contigo’”. (…)

Ya desde las primeras páginas de su nueva encíclica ‘Fratelli tutti’, el papa Francisco recuerda el encuentro interreligioso de Abu Dabi de febrero de 2019 en el que firmó, junto al gran imán Ahmad Al-Tayyeb, el ‘Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común’. De alguna manera, ese texto está también en el origen de la nueva encíclica, que –como el papa Francisco indica– “recoge y desarrolla grandes temas planteados en aquel documento que firmamos juntos” (n. 5). ‘Fratelli tutti’ es el mensaje que necesita escuchar y vivir este mundo nuestro, tentado cada vez más por localismos y confinamientos ideológicos que empequeñecen cada vez más el horizonte. La encíclica dilata la mirada hacia el mundo a la luz de la fraternidad. (…)

Del comienzo al fin de la nueva encíclica, Francisco nos invita a soñar, y a soñar a lo grande: “Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos” (n. 8). (…)

Fuente de la entrada: VIDA NUEVA