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FIESTA EN MEMORIA DE LAS BEATAS MÁRTIRES DE LA ANUNCIATA

14 noviembre, 2013

PROVINCIA SAN RAIMUNDO DE PEÑAFORT

La celebración del día 9 de noviembre, dedicada a venerar a nuestras Hermanas Mártires, fue intensa, solemnísima y vivida en un ambiente de gozosa fraternidad.

La iniciamos el sábado temprano, desde los diferentes lugares, unas en coche particular y otras, a partir de Vic o ya desde Barcelona, en 2 autocares. Los puntos geográficos de referencia para el encuentro eran las ciudades de Ripoll y Vic.

Participábamos 89 hermanas en representación de todas las comunidades de la Provincia, exceptuando las cuatro de Asia, que las tuvimos muy presentes en nuestro recuerdo y plegaria. En la celebración eucarística también se nos unieron algunos familiares de nuestra Hna. Ramosa Fossas.

El rezo de LAUDES nos puso en sintonía con la Fiesta que íbamos a celebrar. Ya en la monición recordábamos el texto del himno a los Mártires del siglo XX:

“Los mártires son semillas de paz, signos de amor, antorchas de fe, luz que ilumina desde el cielo y anima a los que estamos en la tierra. Con su vida y su muerte son modelo para los cristianos y nos impulsan a la fidelidad a Cristo por encima de todo. El martirio es el signo más auténtico de la Iglesia de Jesucristo: una Iglesia formada por hombres frágiles y pecadores pero que saben dar testimonio de su fe incondicional hasta entregar la vida”.

El canto de los salmos, las lecturas y sobre todo los dos himnos compuestos por la Hna. Rosa Font para esta fiesta nos hicieron vibrar y nos transportaron a la ceremonia solemne de la Beatificación que tuvo lugar en Roma en 2007.

A las 11,45h iniciábamos una plegaria en torno al monumento dedicado a la Hna. Ramona Fossas dentro de la Iglesia del Monasterio de Sta. María de Ripoll. En ella se hizo mención de la biografía de la mártir y textos referentes al  testimonio de FE, ESPERANZA, AMOR y LIBERTAD que nos transmiten todos los mártires, intercalando el canto de antífonas propias del tema. En la oración conclusiva pedimos al Señor que su ejemplo nos anime a vivir con entusiasmo el carisma de la Anunciata y a ser fieles cada día a las cosas pequeñas para ser testimonios coherentes de los valores del Reino en nuestro mundo.

La Eucaristía fue solemnísima. Estuvo presidida por el arcipreste de las parroquias del Ripollès  Mosén Melitó Tubau Espelt, natural de Borredà y  también párroco de  Ripoll y Gombrèn. En la homilía resaltó el valor y testimonio de las hermanas mártires en fidelidad a Jesucristo y nos invitó a seguir su ejemplo de fe firme, amor generoso y esperanza sin límites.

La Hna. Mª Ángeles Fíguls dirigió toda la parte musical, acompañada por el Sr. Modesto Segura, organista del templo y gran profesional de música sacra.

Junto con el pan y el vino, se hizo la ofrenda de un ramo de lirios blancos que se colocó al lado de un roll up que representaba a nuestras 7 mártires.

Después de la Misa, como en toda fiesta, tuvimos una comida fraterna que en esta ocasión y para liberar a la comunidad de Vic, la tuvimos en el restaurante Cal Peyu, muy cercano al Santuario de la Gleva. Fue otro momento de gozo y convivencia fraterna.

Hacia las 17,00h partimos para nuestra Casa Madre en donde tuvimos unas solemnes Vísperas y la veneración de las reliquias de las Hnas. Reginalda Picas y Rosa Jutglar, las únicas que conservamos.

A las 18,00h nos despedimos, no sin antes hacer una visita al monumento a nuestras Hermanas  que está situado en el jardín de la Casa Madre y que en aquella hora de la tarde ofrecía un espectáculo singular.

Fue una celebración inolvidable; este es el eco que se oía de unas y otras al regresar a las comunidades.

¡”Mártires de la Anunciata”, interceded por la Congregación desde el cielo”!