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El noviciado fue un tiempo que nos permitió, discernir nuestra vocación y responder con más firmeza al llamado que Dios nos hacía desde antes. Conocimos una parte de la misión de la provincia San Martín de Porres, en sus diferentes medios sociales, por ejemplo, en Guatemala, junto con los indígenas y, en El Salvador, en los centros educativos.

Hemos aprendido muchas cosas, conociendo a nuevas hermanas, sobre todo, a tener una convivencia internacional, que nos ha enriquecido con sus diferentes culturas y nos ha hecho crecer como personas; ayudándonos a ver el sentido de la fraternidad y haciéndonos comprender que la Congregación no tiene límites, ni fronteras.

Hemos tenido diferentes experiencias inolvidables, que nos ha permitido llegar hasta el final de esta etapa con más madurez y convicción de lo que habíamos proyectado. Mencionamos la práctica de la oración personal y comunitaria con más intensidad, ella es nuestra fortaleza y nos ha permitido un diálogo íntimo con nuestro Padre. Tuvimos la gracia de contemplar una realidad diferente que nos ha dejado la inquietud de dar respuesta ante los desafíos del momento. Pisamos una tierra manchada con sangre de Mártires, un pueblo simple y humilde, marcado por sus luchas diarias, que aun así siempre muestran, su alegría, cariño, fe y, sobretodo, la esperanza de tener días mejores. Todo esto nos ha motivado para seguir, con más fidelidad y entrega, la opción preferencial por los pobres.

Con relación al estudio, además de las clases en la casa, compartimos algunas clases en la CONFRE (Diferentes congregaciones). Estudiamos contenidos esenciales, que ampliaron nuestros conocimientos teológicos y, a la vez, crearon lazos de amistad con nuestros hermanos, formando la gran familia, la Iglesia.

Concluimos agradeciendo a la Provincia San Martín de Porres la acogida, empeño y dedicación a nuestra formación inicial y por todo lo que nos han permitido vivir a lo largo de estos dos años.

Que, por la intercesión de San Oscar Arnulfo Romero, Dios bendiga copiosamente a cada una de las Hermanas en sus distintas misiones.

ATTE: Las Novicias

 María Juárez Rojas y Gleicia MaraGuimarãesda Cruz.