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ESPIGANDO LA REGLA DEL PADRE COLL

19 octubre, 2020

Cuando en los campos se termina la cosecha, en los caminos quedan aún semillas que se pueden aprovechar para alimento. Así sucede con la Regla del Padre Coll. Muchas veces la leemos, pero aún van quedando en el camino aquellos pequeños mensajes ―semillas― que sirven para alimento de nuestra vida cristiana y religiosa.

Espigando la Regla o forma de vivir de las Hermanas, ofrecemos estos pequeños mensajes entresacados de algunos capítulos, y adaptados ―con muy poco retoque― al lenguaje actual, para no perder el espíritu que inspiró al P. Coll.

Sin duda el capítulo XXIII, por la importancia del tema: Del amor que tenemos que tener a Jesucristo, tiene entre los textos de espiritualidad del P. Coll una centralidad que precede a los demás, porque sin el fundamento de este amor, poco sentido tendría el resto de nuestros esfuerzos por vivir una vida cristiana y religiosa.

El último documento de la CIVCSVA El don de la fidelidad. La alegría y la perseverancia nos recuerda las palabras de Jesús en Jn 15,9 «Permanezcan en mi amor»: El amor a Jesucristo es el centro que da Vida a nuestra vida.

El XXVI Capítulo General nos señala que lo primero es «evangelizarnos», es por eso que comenzamos por este capítulo XXIII de la Regla o forma de vivir de las Hermanas, poniendo en sus manos estas pequeñas frases-semillas, de las que se nutre el carisma de nuestra congregación,  y que expresan lo que el Padre Coll soñó para La Anunciata y lo que la Iglesia nos recuerda en sus documentos, para ser fieles a la vocación que hemos recibido.

Hna. Susana Ruani

Prov. Santa Rosa de Lima

CAPÍTULO XXIII
«DEL AMOR QUE DEBEMOS TENER A JESUCRISTO»

  • Amen a Jesús y procuren que de todos sea amado.
  • Los deseos ardientes de amor a Jesús son las alas con las que los santos han volado para unirse a Él.
  • Si el corazón no se vacía, no puede entrar en él el amor de Dios.
  • Para obtener el perfecto amor de Jesús, medita en su pasión.
  • Así como el fuego se mantiene encendido por medio de la leña, el amor a Jesús se mantiene encendido por actos de amor.
  • Ejercítense a menudo en actos de amor.
  • Para las personas que aman a Jesús, todo lo que les sucede –alegrías o dificultades-, todo, les sirve para unirse más a Él.
  • Abracen con paz todas las adversidades, allí conoce Dios quiénes son los verdaderos amigos.
  • No se quejen de nadie, y siempre usen palabras dulces y agradecidas con todos, uniéndose a Jesús en la cruz.
  • No teman, ofrézcanse a Jesús y Él cuidará de darles las fuerzas necesarias, porque Él es fiel.