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ENCUENTROS DE FORMACION DEL VOLUNTARIADO MARZO 2015

26 marzo, 2015

El pasado sábado 7 de marzo, de este mismo año, tuvo lugar en Barcelona en la Residencia de la calle Elisabets de las Hnas. Dominicas el segundo encuentro del “Voluntariado Anunciata”.

En esta reunión se congregaron personas procedentes de diferentes lugares: Tudela, Valencia, Lleida, Sant Feliu de Codines, Girona, Canet de Mar, Barcelona y Madrid.

Este hecho nos da una imagen representativa de la implicación y la dimensión de este grupo de personas y amigos.

El encuentro se inició con una dinámica de presentación. Como había tanta diversidad de lugares de procedencia, era necesario conocernos un poco. Hay que decir sin embargo, que muchos de los presentes en el  encuentro ya se conocían. Los voluntarios son personas muy abiertas y empáticas y enseguida se establecen unas relaciones de fraternidad y se crea un clima cálido y cariñoso.

En este encuentro dedicamos un tiempo para recordar a Mercedes. Una persona que había formado parte del grupo de Voluntariado Anunciata. Pero desgraciadamente el pasado mes de diciembre nos dejó debido a una grave enfermedad.

Mercedes fue una persona que dejó huella con su testimonio de vida. Un testimonio que no deja indiferente a nadie, dedicada en cuerpo y alma a ayudar a aquellos que lo necesitan. Hasta tal punto de dejar todo aquello que la ataba a su casa para dedicarse plenamente a ayudar a personas en África.

Una vez recogido el testimonio y hecho un pequeño homenaje a Mercedes, iniciamos un coloquio reflexivo sobre la realidad que nos interpela  y nos compromete con el documental de FOESSA. ¿En qué sociedad vivimos? ¿Qué uso hacemos de nuestras vidas?  Somos conscientes del sufrimiento de los más desfavorecidos?

Posibles actuaciones que están en nuestras manos, que por pequeñas que sean, pueden ayudar a cambiar la sociedad y hacerla más justa:

Conciencia crítica, sencillez y cultura de la autosuficiencia, consumo solidario, ecológico. Cuidar las relaciones humanas, dedicar tiempo a los demás empezando por la familia. Economía ética, social y solidaria

Ser voluntario es una manera de interpretar esta realidad y es también un estilo de vida. Tal y como explica Frei Betto, en lo que denomina declaración de amor. Ser Voluntario es la suma de esfuerzos, entrar por la puerta de compasión y repartir: afecto, apoyo y complicidad.

Después de la comida, el encuentro continuó con una exposición de aquellas actuaciones y proyectos que se han podido hacer en lugares desfavorecidos como (Nicaragua, Guatemala, El Salvador, norte de Argentina, Filipinas, África). Gracias a la participación de los voluntarios, pero sobre todo el incansable trabajo y determinación de las Hermanas Dominicas de la Anunciata.

Ahora bien, para poder ejercer de voluntario no es necesario cruzar medio mundo. En nuestro entorno hay realidades duras y difíciles, conocidas como el cuarto mundo que necesitan de la participación y ayuda de voluntarios.

Un entorno que está vigente y cercano a nosotros es el CRAE (centro residencial acción educativa) “Virgen del Rosario” de Puig d’Olena. Estuvo con nosotros Ernest, Director de este centro. El, nos comentaba que es un centro que acoge a niños y jóvenes con familias desestructuradas. Es un centro de titularidad de las Hermanas Dominicas de la Anunciata, colaboradora  con la DGAIA del departamento de bienestar de la Generalidad.

 Este centro pretende ante todo atender las necesidades físicas y emocionales de los niños y niñas que viven. Seguidamente trabajar la descompensación de los déficits y dificultades escolares para que tengan un buen nivel de aprendizaje.

Algunos de los niños que integran este centro tienen detrás una experiencia vital delicada y muy difícil. Ya sea por abandono, maltrato, falta de atención… así pues, el objetivo del centro es el de enseñar a estos niños y niñas que otro ritmo de vida es posible. Ayudándoles a integrar, adquirir y conocer unos valores que les permitirá sentirse parte de la sociedad.

Ernest consiguió llegar a nosotros. Nos impactó con todo lo que nos contaba de una realidad que está tan cerca de nosotros. Muchos ya conocían la realidad de Puig d’Olena, otros era la primera vez que en oían hablar, pero lo cierto es que a ninguno de nosotros nos hizo permanecer indiferentes. Los niños y niñas de Puig d’Olena no son invisibles. Son niños y niñas que hay que mirar a los ojos y dar la mano para que, pasito a pasito, puedan ver que en la vida también puede haber muchos buenos momentos en los que el sol brille para todos.

Agradecemos a las hermanas de la comunidad de Elisabet su acogida y todas las atenciones, nos hicieron sentir realmente en casa.

PERE MUSSOLL

 

A las doce y media de la noche del 21 de marzo corríamos hacia la línea 8 y 6 del metro para llegar a la Comunidad de las Hermanas de la Anunciata en Madrid. Incertidumbre y nervios era lo que en ese momento sentíamos las dos. Aun así, algo nos decía que teníamos que darnos prisa, alguna cosa dentro de nosotras nos hacía seguir adelante.

La mañana siguiente, comenzamos a dibujar  “esa cosa”, que hemos nombrada anteriormente, gracias al intercambio de experiencias con la hermana Miriam, Ma. Carmen y María.

Empezamos la sesión con una pequeña reseña sobre la voluntaria Mercedes, un caso extraordinario de entrega total por la ayuda a los demás. En su rostro se apreciaba esa humanidad pura, esa alegría y energía, esa ilusión, y esas ganas de dejarlo todo para poder dedicarse única y exclusivamente a los que así lo requerían.

Acto seguido, mantuvimos un profundo debate iniciado a través de la visualización del informe FOESSA. Hubo muchos aportes, y nosotras desde un punto de vista educativo, llegamos a la conclusión que siempre hemos sido educadas para algo, para un fin concreto, y  normalmente económico. “Estudia si quieres ser algo en tu vida” (y por un algo se entiende normalmente una profesión de un alto cargo). Una vida educativa que se basa en el éxito individual, en el llegar a ser, y no siempre esto es posible, de ahí la frustración de no conseguirlo. ¿Por qué esto debe ser así? No estamos solamente inmersos en una profunda crisis económica, sino también de valores. Pero hemos de decir que en estas épocas de recesión económica, se radicalizan también los valores: hay  gente que se disponen a ayudar, a cooperar, hay más alternativas de solidaridad.

Esta profunda conversación, nos trajo de manera rodada a hablar del siguiente tema programado que ilumina nuestro actuar: “Biotropía” que significa expresar la importancia de nuestra “manera de vivir” para gozar de una vida plena para cada uno, las demás persones. El origen viene de la creciente conciencia de las repercusiones que nuestro estilo de vida tiene, no solo en nosotros mismos, sino también en nuestro entorno cercano y lejano. Se trata entonces de querer hacer el bien y no el mal y contribuir a otro mundo mejor posible con nuestra manera de vivir. “Biotropía, pues es un estilo de vida en conversión”.

A continuación trabajamos el tema de las motivaciones para hacer un voluntariado y para ello nos sirvió un cuento. El maestro explica a su discípulo que existían 3 tipos de voluntarios dependiendo de cuales fueran sus motivaciones: el que lo hacía para él mismo, para tener una experiencia más, llenar un vacío personal interior o enriquecerse; aquel que lo hacía creyendo que lo suyo sería lo correcto y que él era el modelo; y el último, el que lo hacía, simplemente (y esa palabra que no nos remita a pensar en una cosa simple), por los otros.    

Para nosotras este cuento nos marcó enormemente, porque esa historia cambió nuestras emociones y sensaciones en tan solo 3 minutos. Como podíamos pensar en ir a un país, si las dos pertenecíamos al tipos 1 de voluntario? Miriam, al vernos un poco afectadas delante de nuestro más profundo ataque de sinceridad, comentó, que era un proceso. Que podríamos llegar al tercer tipo, y que dependía de qué era eso que nos motivaba (cosa que no era inamovible en el tiempo).

Para poder imaginar mejor como se vive la experiencia, la hermana Miriam nos pasó unas fotos donde se podía demostrar los trabajos de voluntariado que se llevan a cabo en los distintos países donde hay comunidades, y hacerse una idea de lo que se vive y se respira dentro de la diversidad de realidades.

Al final del día, no sabíamos si “esa cosas” que describíamos al principio, tenía ya forma de algo concreto o se parecía más bien a algún cuadro del más puro pintor abstracta del mundo. Más bien, nos quedamos con esta segunda opción. Fue un día intenso, una recepción de información y reflexiones constantes que nos hacía falta procesar. Nos ayudó la Puerta del Sol al airearnos un poco, para poder estar comentando y meditando, hasta bien entrada la madrugada. Al final, decidimos que este no era nuestro año para salir. Queremos volver a hacer más encuentros, tenemos muchas ganas de escuchar, a todos aquellos que han tenido una primera vez de misioneros, queremos volver correr para llegar a un metro, “esa cosa” (sea todavía abstracta o no) sigue presente en nosotros. Y creemos, muy sinceramente, que eso es bueno.

Gracias hermana Miriam y a todas las hermanas de la Comunidad de la Anunciata de Madrid, por acogernos con tanta hospitalidad en vuestra casa y por habernos hecho sentir como en la nuestra, en todo momento. Dar las gracias también por hacernos seguir buscando y removiendo “esa cosa” que nos inquieta y nos hace reflexionar hacia el bien.

Eva Carreras y Silvia Serra (Girona)