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El pasado 5 de octubre tuvimos el encuentro provincial de inicio de curso en nuestra Casa de Vic. Nos habíamos propuesto una triple finalidad:

Celebrar la fiesta de Ntra. Sra. del  Rosario, patrona de la Orden dominicana y tan querida también por nuestra Congregación y por nuestra  Provincia anexionada.Dedicar la mañana a Reflexionar la vocaciónPresentar la Planificación del cuatrienio; el cronograma del curso 2013-2014 y varias informaciones y entrega de documentos.

Las Hnas. del Equipo de Pastoral fueron las encargadas de preparar la reflexión y toda la parte litúrgica. El tema que escogieron para meditar fue el de las Bienaventuranzas referidas a la vida religiosa. Montaron, en distintos lugares del patio y de la casa, “ocho rincones” con  símbolos y textos alusivos a cada una de las 8 Bienaventuranzas. ¡Se creó un ambiente de silencio y concentración que llamaba la atención;  el ir y venir de las hermanas a los distintos lugares, no sólo para coger la hojita correspondiente sino deteniéndose, leyendo, orando, escribiendo… Tuvimos materia para dos horas y nos trajimos el dossier para continuar la meditación en las comunidades.

La Eucaristía muy solemne. La capilla estaba adornada con un mural de la Virgen en el que se leía “Dichosa, Tú, porque has creído”, colocado en el frontal del altar mayor; así como bonitos jarrones de flores y una guirnalda situada a los pies de la Virgen del Rosario. Como ofrenda, además del pan y del vino, se ofreció la luz de la fe y dos cestitas llenas una con los símbolos que sugerían “los rincones” y otra con “unas pisadas de cartulina” en las que cada hermana había expresado un pensamiento breve y una petición.

La comida de fiesta y el ambiente de mucha comunicación y alegría; una verdadera comida fraterna.

La tarde continuó con el mismo tono receptivo y gozoso. Comentamos los documentos con la claridad y brevedad que exigía el momento con toda una serie de informaciones y detalles. Después presentamos un variado reportaje de fotografías de la comunidad de Vietnam y de la escuela de San Carlos; así como los otros documentos que se llevaría cada comunidad.

Finalizamos con unas solemnes vísperas en el mismo salón de actos en las que se conjugaron: música, imágenes, recitación de salmos y una rica plegaria espontánea y muy participada. 

¡Todas expresaron su agradecimiento y el haber pasado un día tan feliz y completo! ¡Damos gracias al Señor!

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