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El viernes 2, después de comer, con todo nuestro equipaje nos dirigimos a Viladrau. Llevábamos con nosotras lo que íbamos a necesitar estos días, comida, el material necesario para el encuentro… con todo este bagaje y llenas de gozo y entusiasmo nos encontramos, hacia media tarde, en nuestra casa de Viladrau. Algunas hermanas no pudieron sumarse al encuentro por motivos inevitables, la H. Rosa nos acompañó el último día.

El programa de actividades fue preparado y facilitado por nosotras mismas, cada una se encargó de una parte: la oración de apertura en las vísperas del viernes por Mari y Cristine, la ruta por el pueblo- «peregrinación por las fuentes» el sábado por Luciana y Tram, y la oración de clausura el domingo a media mañana por Marlene y Marlyse. En estos encuentros de oración, caminata y parada, tuvimos momentos de reflexión personal, diálogo de dos en dos (cambiando parejas), y compartiendo en grupo nuestra situación actual en la comunidad y misión en el presente, nuestros momentos de sequía y de poda, profunda experiencia de fe, esperanza y confianza.

También tuvimos otros momentos significativos de distensión y ocio: en la mesa durante las comidas, compartíamos sobre nuestras respectivas culturas y recordando anécdotas divertidas que cada una tuvo durante los primeros años en la Congregación, continuábamos en el recreo de la primera noche, el karaoke fue la ayuda para nuestros cantos, y la última jugando rummy. Gozamos mucho el tiempo que pasamos juntas, incluidos los momentos de preparación de las comidas y de limpieza. Hay que destacar cómo disfrutamos de la comida asiática y cómo todas intentamos aprender a comer con palillos.

Después de la oración del domingo tuvimos una breve reunión, y nos unimos a la celebración Eucarística en la parroquia del pueblo de Viladrau.

Fue un encuentro alegre y profundo, encuentro con “Dios Fuente”, con nosotras mismas, con nuestras hermanas de la misma generación, con las otras culturas, con la naturaleza, que de una manera u otra ha colmado nuestra sed y nos ayudará a ponernos de nuevo en marcha para otro año de presencia y misión.

Gracias a la Provincia y a nuestras comunidades por facilitarnos el encuentro y a cada una de nosotras por contribuir, cada una con sus dones, para que todo resultara positivo y volviéramos ilusionadas y esperanzadas a nuestras comunidades.

Hna. Cristine Caliguiran