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En el centenario del Nacimiento del Cardenal Pironio

9 diciembre, 2020

TESTIMONIO SOBRE EL CARD.PIRONIO

Mons. Pironio, en las “Reflexiones sobre la amistad”/ Escritos Pastorales, Ed. BAC1973 / decía que “es propio del amigo adivinar las penas y acudir a compartirlas sin ser llamado”. Las Dominicas de la Anunciata, sin querer apropiarnos de su amistad, pues pensamos que a él se le podría aplicar, como a fiel terciario dominico, lo que se decía de Ntro. Padre Sto. Domingo: “todos cabían en el ancho regazo de su caridad y como a todos amaba, de todos era querido”, modestamente podemos fundamentar nuestra atrevida presunción de considerarlo nuestro amigo, como quizás podrían hacerlo muchas otras Congregaciones y Órdenes, porque nos consta que su propósito era seguir, en su nuevo cargo, siendo pastor, deseando ser para todos “esperanza de gloria”. Era un pastor con “olor a oveja”, en él se traslucía la presencia de Jesús, el Buen Pastor.

Nuestra Congregación en el postconcilio, como tantas otras, pasó por momentos difíciles, en su afán de responder a la renovación que la Iglesia le pedía y de acomodarse a los nuevos tiempos. Providencialmente, Pablo VI nombró prefecto de la SCRIS, a Mons. Pironio, Obispo de Mar del Plata.

Con confianza filial, ya que tenemos comunidades en esa diócesis, nuestra priora general y consejo acudió al Dicasterio en busca de su sabio discernimiento y orientación. Desde ese momento, en cualquier encuentro circunstancial no dejaba de acercarse para preguntar por el estado de la situación e infundir ánimo y serenidad. Y, siempre que viajaba a Madrid se acercaba a nuestra Casa general para interesarse, asesorarnos y compartir nuestras inquietudes y esperanzas.

Fluyen entrañables recuerdos, plenos de gratitud, ya sea en momentos de dolor, como cuando el consejo de nuestra provincia de Barcelona, recientemente elegido, sufrió un grave accidente en el trayecto hacia Madrid y él se presentó imprevistamente en la Casa general y quiso visitar a la priora provincial, en la Clínica.

Del mismo modo se acercaba en momentos de fraternidad y alegría, sea en los Cursos de F.P. en Roma, sea en las Jornadas de Prioras en León, las visitas a nuestra Casa Madre de Vic, o bien pidiendo alojamiento en nuestra casa de Madrid, con confianza y sencillez. Asimismo cuando venía a la Argentina, visitaba nuestra Casa provincial, con la misma familiaridad con las que nos recibía y acogía en la suya, compartiendo con sus hermanos, Angelito y Zulema.

¿Cómo podremos olvidar la sorpresiva visita al Capítulo General, de 1982, celebrado en Gombrén, en el Pirineo catalán?  Allí, con sencillez y profundidad,  a través de su habitual trilogía, nos anima a encarnar:

COMUNIÓN…”a todos los niveles, empezando por la comunión con Dios e inserción en el misterio de Cristo Pascual; la comunión en el interior del propio instituto;…la comunión eclesial”

CONTEMPLACIÓN…”sean fieles a lo específicamente dominicano: contemplar…Vivir y acoger la vida como María en el misterio de la Anunciación…Es necesario estar atentas a las exigencias del mundo, tener un oído pegado a la tierra, a la historia, y el otro a la Palabra inmutable…”

ENTREGAR LO CONTEMPLADO…” desde la originalidad del ser Dominica de la Anunciata, en un mundo distinto y a la vez semejante del que le tocó vivir al P.Coll, un mundo hecho para la comunión y que vive la violencia, hecho para la esperanza y que vive la desesperanza, hecho para la alegría y que vive la angustia…”

Siempre su presencia era estímulo a vivir contemplativamente con profundo amor a la Iglesia, desde una comunidad fraterna, orante y misionera, con alegría pascual, como madurez de silencio y fecundidad de cruz.  Es que él había hecho carne lo que decía y escribía. Así, cuando recibió el doctorado honoris causa, en la Universidad Sto. Tomás de Aquino, de Manila, la conferencia magistral fue sobre el texto de Sto. Tomás:”contemplata aliis tradere”. Entonces nos decía: “una alegría que mi único doctorado me lo hayan dado los dominicos, en cuya universidad del Angelicum (Roma) yo había hecho la Licencia”.

En dicha conferencia decía: “No intento desarrollar una teología de la contemplación…”Quiero comunicar simplemente lo que yo experimento personalmente y lo que veo que obra Dios en su Iglesia”.” O lo que veo que Dios exige hoy a su Iglesia evangelizadora y misionera. Lo que yo quisiera, es subrayar ahora la infalible fecundidad apostólica y misionera de la contemplación: sólo el contemplativo puede transmitir las cosas de Dios…”

Antes de marchar del Capítulo General, de 1982, nos dejó escrito en el libro de visitas de la casa, este hermoso mensaje que puede valer para muchos consagrados: “Hoy he tenido una experiencia muy honda y gozosa de Iglesia, al visitar aquí el Cap. Gral. de las Dominicas de la Anunciata, en el lugar mismo en que nació el P.Coll. A las queridas Religiosas les digo: vivan en profundidad contemplativa, en comunión fecunda de Iglesia, irradien la alegría de la esperanza”.

Damos gracias a Dios por haber tenido la oportunidad de compartir tan cercanamente con Mons. Pironio. Por su presencia oportuna, su delicada atención a las religiosas, misión que asumió con gran espíritu paternal y fraterno. Su persona irradiaba santidad, viva presencia de Dios, tanto en sus palabras, gestos, como en su permanente sonrisa. Su voz de profeta de la esperanza, marcó nuestro caminar; dio un gran impulso a nuestra vida interior de contemplación y confirmó nuestra misión evangelizadora en comunión con la Iglesia. Tenía claro sentido de construir una Iglesia sinodal, integrando a todos, haciendo familia.

Buenos Aires, 1 de noviembre de 2020. Fiesta de Todos los Santos.