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COMENTARIO DEL XVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

14 julio, 2020

Libro de la Sabiduría 12,13.16-19
Carta de San Pablo a los Romanos 8,26-27
Mateo 13,24-43

         El extracto del libro de la sabiduría nos introduce en el amor a la sabiduría. Nadie puede conocer a Dios, porque lo que la Biblia nos enseña es solo una pequeña parte de lo que es.   Dios es el amor de la sabiduría. Es el filósofo por excelencia. Su filosofía es insuperable.  Dios no tiene rival en el cuidado que le atribuye a su criatura. Dios es imparcial y justo en todo. Su pedagogía en su gobierno nos revela su sabiduría.

      La primera lectura es parte de la experiencia humana.  El cuidado, la justicia, la paciencia, el poder, la indulgencia, el buen gobierno, la dignidad humana, el perdón, son realidades que le faltan al hombre. El Libro de la Sabiduría nos dice que Dios «cuida de todas las cosas», «estos juicios no son injustos», «Dios tiene paciencia con todas las cosas», «muestra fuerza al hombre cuyo poder está en disputa…» «Juzga con indulgencia…» «cuida de todas las cosas», «gobierna con gran cuidado», » … ha enseñado… que ‘el justo’ debe ser humano», «los que han pecado te conceden el perdón».

     Aquí podemos notar el inconmensurable amor de Dios y su poder, que se muestra a través de su sabiduría.  Creados a imagen de Dios debemos hacer el esfuerzo de hacer nuestra su sabiduría. Todo ser humano está llamado a adquirir los secretos del conocimiento de Dios.

Dios da el secreto de la sabiduría a los humildes, Mateo 11,25 dice: «Padre, Señor del cielo y de la tierra, yo declaro tu alabanza: lo que has ocultado a los sabios y a los entendidos, lo has revelado a los pequeños». El corazón humilde tiene la posibilidad de adquirir una pequeña parte del amor de la sabiduría de Dios. Depende del ser humano tomar el camino de la conversión para adquirir esta sabiduría. Pero para que la humanidad pueda hacer esto, necesita requisitos; si queremos ser a semejanza de Dios, debemos abandonar todo lo que nos aleje de su voluntad.

      El autor se maravilla de la grandeza, la ternura y la indulgencia de Dios hacia la humanidad, precisamente porque Dios es todopoderoso.

Obsérvese también en este pasaje la relación entre el poder y el amor de Dios. Dios lo sabe todo, tiene paciencia y concede misericordia. Esto es precisamente lo que nos presenta el salmo de este domingo y que será retomado en el Evangelio.

       La primera estrofa del salmo recuerda la misericordia de Dios que precede y anima la oración «Tú, Dios que perdonas… escucha mi oración… escucha mi voz suplicándote».

La segunda estrofa alaba a Dios y presenta su grandeza, «Eres grande y haces maravillas, tú Dios, el único».  Descubrimos la universalidad del plan de Dios – todas las naciones están llamadas a conocerlo, alabarlo, adorarlo y proclamar su santo nombre. Este reconocimiento de Dios debe ayudarnos a una conversión permanente. Es la condición para ser salvado. La tercera estrofa muestra la ternura, indulgencia, misericordia y benevolencia de Dios.  Dios permanece siempre fiel, aunque es cierto que el hombre no respeta sus mandamientos. El autor del salmo muestra la súplica de la humanidad hacia Dios, como lo hizo Moisés cuando cruzó el desierto por el pueblo de Israel. Entendemos que la oración es el poder que nos ayuda. Esto es lo que descubrimos en la segunda lectura de este domingo.

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Hermana Hortence OKAINGNI
Dominicas de la Anunciata O.P.
Comunidad de Bembéréké- BENIN (AFRICA)