NOTICIAS

COMENTARIO DEL DÍA DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS

31 diciembre, 2019

“El Señor te bendiga y te proteja,
haga resplandecer su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
Te mire con benevolencia
y te conceda la paz”
Núm. 6

Queridos hermanos un nuevo año, ojalá y también una nueva vida. Pero una nueva vida en Cristo, donde arropemos nuestros sueños más profundos de amor, justicia y paz. Menos palabras y más acciones que nos hagan salir de la pesadumbre, la rutina y el confort. Queremos paz; démosla al hermano más cercano, queremos justicia; seamos justos con todos, queremos esperanza; sembrémosla primero en nosotros y contagiémosla a los demás. ¿Esto es difícil? Probablemente así lo experimentamos, porque estamos en el mundo; un mundo enfermo de violencia e inevitablemente nos contagia el mal. Venzámoslo a fuerza de bien, sumemos nuestros buenos deseos y aprendamos de María que en su pobreza opta por una nueva vida, arriesgando la suya.

El que mucho ama, mucho perdona; Dios padre nos da esa prueba de amor entregándonos a su Hijo unigénito en ese pobre Belén y de muchas otras maneras nos lo va revelando a lo largo de la historia. Seguramente tú también puedes contar tu propia historia del amor de Dios. Dice el dicho: “amor con amor se paga” si de verdad somos cristianos hagamos realidad este dicho y correspondamos con generosidad en estos 365 días del año.

Como los pastores, después de contemplar al niñito Jesús, corramos jubilosos, siendo prestos en ayudar al que nos necesita. Comprometámonos con la creación que sufre dolores de parto; nuestros países nos necesitan DESPIERTOS. Y dejémonos maravillar por ese Dios que sigue apostando por cada uno de nosotros. Descubrirlo haciendo comunidades fraternas, administrando una obra Anunciatistas, dando una clase, compartiendo un recreo, escuchando con paciencia y amor a un padre o madre de familia, cuidandocon paciencia a un anciano o enfermo, en fin, es amplia nuestra misión para enriquecernos de un Dios que se acerca a nosotros para dignificarnos en hijos suyos.

Caminemos de la mano con María y aprendamos de su riqueza como mujer, madre y discípula de su Hijo. Aprendamos a guardar todas nuestras vivencias pastorales frente al Santísimo, ahí en el silencio de Dios para que con su gran amor vaya a donde lo están necesitando.
Que la llena de gracia nos conceda vivir con alegría nuestra consagración, nuestros proyectos, sueños y anhelos y con la sabiduría del Padre alabemos, bendigamos y prediquemos la buena nueva de Dios que ha puesto su tienda entre nosotros.

Hna. Marcia