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COMENTARIO AL EVANGELIO SAGRADA FAMILIA DE NAZARET

26 diciembre, 2020

“Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos” (Sal 127)

En este domingo la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret. En la primera lectura podemos contemplar como por medio de una visión el Señor habla con Abrahán, le ofrece confianza y una gran recompensa. A lo que él  responde: “para que me vas a dar si ni heredero tengo, a lo que el Señor le responde: el heredero será tu propio hijo”. Luego lo invita que eche un vistazo al cielo y que cuente las  las estrellas, si es que puede contarlas. “¡Así será tu descendencia! Abrán creyó al Señor, y el Señor le concedió su amistad. Abrán con Sara tuvieron un hijo al que llamó Isaac”.

Aquí nos damos cuenta que si nos acercamos a Dios y dialogamos con él, él nos escucha y nos concede lo que deseamos ¿Por qué razón? Sencillamente porque le expresamos lo que sentimos en nuestro interior. Dios siempre está presente en los detalles de nuestra vida, lo único que tenemos que hacer es creerle como Abrahán, dejarnos llevar por él.

En la segunda lectura, por fe Abrahán obedeció a Dios y se puso  en camino hacía la tierra que había de recibir en herencia. “Por la fe también, recibió Abrahán fuerza para fundar un linaje; todo porque se fio de quien se lo había prometido”. Abrahán, puesto a prueba, ofrece a su hijo Isaac en sacrificio como una respuesta de fe al Dios de la vida. ¿Qué es lo más grande de esta lectura? La fe, si tenemos fe lo podemos todo, porque le abrimos una puerta en nuestra vida al que todo lo puede que es Dios. No nos cansemos de luchar por conquistar esa fe en nuestra vida diaria, ya que solo desde esa experiencia podremos ir creciendo en el verdadero amor a Dios y a nuestros semejantes.

En el evangelio se nos presenta a una familia compuesta por José, María y Jesús. Una familia que  tuvo que pasar por diferentes dificultades, pero, a pesar de todo en este hogar  podemos ver reflejadas a tantas familias que sufren situaciones similares, de emigración, pobreza, abandono y marginación., pero al igual que la familia de Nazaret se abandona y tienen su esperanza puesta en Dios.

Hoy en día nuestras familias sufren más de la cuenta porque ponen su seguridad en sí mismos y en los bienes materiales, se olvidan de que hay unos principios fundamentales que son: la fe en Dios, el amor, la lealtad, la oración, la compasión, la tolerancia, la gratuidad, el servicio a los otros. Con tanta modernidad pensamos que eso ya pasó de moda y no es así. Lo que es de Dios es de Dios y no del mundo.

Estamos viviendo una Pandemia que sin más nos tocó recluirnos en nuestros hogares. Y en algunos casos no nos habrá ido tan bien porque nos ha faltado la caridad y en otros nos hemos dado cuenta que el dinero no lo soluciona todo, que hace falta escuchar o dar una palabra de aliento. Que esta situación que se nos ha presentado nos ayude a darle un toque más humano a nuestra vida. Y que nuestras familias sean familias desde Dios.

Para reflexionar

  • ¿Qué signos de la presencia de Dios estoy reflejando en las familias con las que me relaciono?
  • ¿Qué lugar ocupa Dios en mi vida y en mi comunidad?

Hna. Vilma Gladys Solís Martínez

Provincia «San Martín»

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