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Isaías 5, 1-7
Salmo 79, 9 y 12. 13-14. 15-16. 19-20
Filipenses 4, 6-9
Mateo 21, 33-43

COMENTARIO AL EVANGELIO

El Evangelio de este domingo, nos habla de la “Parábola de los Viñadores asesinos”, donde el dueño de la viña la entrega a los empleados para que la cultiven y la cuiden. Pero, en el momento de la cosecha, ellos se excusan para no entregar la cosecha, sintiéndose dueños y señores de la viña. Por último el dueño manda a su único hijo, pensando que lo respetarán, pero al hijo también lo mataron, por tanta ganancia y crueldad.

Nos cuesta pensar que Jesús cuenta esta parábola para los líderes religiosos de su tiempo. Y también puede ser aplicada en nuestra época. Pues en estos tiempos hay muchos “viñadores asesinos” que se sienten dueños de la verdad, de la religión y del propio Dios y en nombre de sus creencias continúan matando las voces proféticas que denuncian todo el mal uso del nombre de Dios, toda la injusticia, el robo dentro y fuera de la Iglesia. A muchos inocentes es robada la esperanza en nombre de una religión que los ahoga y manipula.

Podemos preguntarnos:

• ¿Cuáles son los frutos que estamos dando en la Viña del Señor?
• ¿Estamos haciéndonos dueños y señores de la viña o somos capaces de acoger los frutos que nacen por medio de las voces proféticas enviadas por Dios?

Si no somos capaces de oír el grito de alerta de Jesús en medio de la sociedad que excluye y mata por no pensar igual que sus “dueños”, podemos tener la certeza que se cumplirá lo que El dijo: “El Reino de Dios será dado a un pueblo que produzca frutos”.

Tenemos que hacer opción clara por la justicia y por la vida, solamente así construiremos una sociedad que no tenga como objetivo el lucro y el poder, sino que produzca verdaderos frutos de solidaridad y fraternidad.

Rozilene Carvalho

Provincia «Rosa Santaeugenia»