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COMENTARIO AL EVANGELIO DEL XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

2 julio, 2019

Lucas 10, 1-12. 17-20

PAZ A ESTA CASA

Es curioso que Lucas narre en su evangelio las instrucciones que da Jesús a sus enviados, no nos dice qué tenemos que anunciar sino cómo ponernos en camino, cómo salir al encuentro…

Comienza diciendo que “envía a otros setenta y dos por delante” lo que da a entender que ya ha enviado a los doce y que, con este nuevo envío, pretende hacer llevar su evangelio al mundo entero. Se trata de preparar el ambiente para acoger al Maestro, de ahí el “por delante”.

Sobre el modo de hacerlo es destacable que los mande “de dos en dos”. Es verdad que según la ley judía, solo el testimonio de dos garantiza la verdad de un juicio (Deu 19,15), pero esto también nos indica que anunciar el evangelio no es un asunto individual sino comunitario. Quien habla en nombre de Cristo no actúa de modo independiente, está en comunión con sus hermanos de fe. También Santo Domingo dispersa a sus frailes enviándoles “de dos en dos”.

Acto seguido el evangelista nos introduce un texto-petición “orar”, sin duda la oración que solicita no va a cambiar a Dios, pero si puede provocar el cambio de disposición de las personas enviadas para sintonizar y comprender así lo que El Señor puede realizar por medio de ellas.

“Poneos en camino” es una invitación a salir de nuestras seguridades, estructuras, expectativas, de nosotros mismos en definitiva. Lo que el Papa Francisco pide insistentemente “una iglesia en salida” (Evangelii Gaudium 20-24). Somos enviados a este mundo, no a otro, un mundo donde impera la ley del más fuerte (lobos) donde debemos vivir como “corderos” siendo testigos creíbles de mansedumbre y humildad como Jesús (Mt 11, 29).

¿Cómo debemos anunciar?

Es interpelador que enumere en negativo la manera como debemos presentarnos como enviados: “no llevéis bolsa, ni alforja…” Tenemos que llevar solo lo indispensable para ponernos a disposición del evangelio y no apoyarnos en otras “seguridades”; nos sugiere que nos centremos en lo esencial fiándonos de la fuerza de la Palabra, como hizo Él mismo, como hacía Domingo, con la confianza en la Providencia que vivía nuestro Padre Coll.

“No saludéis…” no es que Jesús nos haga una invitación a no ser amables, más bien quiere hacer hincapié en la urgencia del anuncio, como si tuviera temor a que perdiéramos el tiempo en cosas insignificantes.

Muchas veces la gente no recibe de nosotros la alegría del evangelio, sino más bien exigencias morales, mientras que Jesús nos invita a presentarnos diciendo “Paz a esta casa”, paz para tu familia, para ti… Si se nos invita a entrar en lo íntimo de la persona, si se nos abre la puerta del corazón tenemos que dar paz, confianza, consuelo.

Hay que estar atentos para no contaminar el anuncio con intereses personales “no ir de casa en casa”.

Tampoco debemos asustarnos si no somos bien recibidos, si no están dispuestos a acoger el don, nosotros no somos el don sino el medio. Es cierto que vamos «en lote», pero también es verdad que el rechazo forma parte del seguimiento.

Dialogando con el mundo un poco “polvo” se nos puede ir pegando… ideas, creencias, actitudes, justificaciones. Tenemos que limpiarlo “sacudiros el polvo” a base de oración, escucha de la Palabra… para seguir en sintonía con el evangelio.

Y cuando regresamos, vengamos llenos de alegría como estos discípulos, o el anuncio nos haya parecido un rotundo fracaso, lo importante es que no podemos dejar de creer en el amor que Dios nos tiene. Que Él estará… es nuestra certeza.

Hna. Loli Abad · Provincia “Santo Domingo”

SAL DE TU CASA, VIVE HACIA AFUERA
QUE TIENES POR FAMILIA LA TIERRA ENTERA
PONTE EN CAMINO, NO CARGUES CON NADA
QUE MI PAZ SEA TU ALFORJA, MI AMOR TUS SANDALIAS
QUE MI PAZ SEA TU ALFORJA, MI AMOR TUS SANDALIAS