COMENTARIO AL EVANGELIO DEL VI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A
Mt 5,17-37
Jesús, no vino a abolir la Ley, sino a llevarla a la plenitud. Pues la justicia de los fariseos se limitaba a la observancia de los artículos de la ley. Ya la justicia del cristiano depende de la observancia de la Ley realizada en Jesús que la cumple y perfecciona, en comunión con Dios.
Nuestra justicia, pues, debe superar a la de los escribas y fariseos, para poder entrar en el Reino de los Cielos.
No basta, por tanto: no matar; es necesario no irritarse, y reconciliarse siempre con el otro…
No basta: no cometer adulterio, pues no debo desear la mujer u hombre de los otros… Nosotras, ya tenemos nuestra opción y determinación clara: Somos de Dios, para servirlo a ÉL y al pueblo de Dios, en nuestra Misión Congregacional.
No juréis de ninguna manera, ni por el cielo, ni por la tierra. Sea vuestra sí, sí; no, no. Todo lo que pasa de eso, del mal procede.
La justicia, la misericordia, la fe, son columnas de nuestro CRISTIANISMO, CRISTO fue el PRIMERO a DAR EJEMPLO AMAR A LOS ENEMIGOS, PERDONAR SIEMPRE, NO JURAR NUNCA.
No puedo honrar a Dios, si no honro al hermano; Porque Dios no está solamente en el cielo. Está en cada hermano que encontramos, especialmente, en los pobres, pequeños, humildes, despreciados…
No basta decir muchas palabras en la oración; es necesario poner fe en la BONDAD de Dios y confiar siempre en Él.
Tenemos que dar vida a la JUSTICIA, a la MISERICORDIA, a la FE. Cristo fue el primero que nos dio ejemplo y nos enseñó a amar a los enemigos, soportar el sufrimiento, persecución…
Nosotras, mujeres consagradas, entregadas a la causa del REINO, no solo obedecemos a la Ley; sino que seguimos las huellas de CRISTO que va delante de nosotras y nos enseña con su VIDA.
Optando por la radicalidad del seguimiento de Jesucristo, seguimos el Mandamiento del AMOR, único en nuestra vida; AMAR A DIOS y AMAR AL PRÓJIMO.
Concluyendo:
LA PAZ, LA VERDAD, LA FRATERNIDAD, son nuestras columnas. LA NUEVA LEY EL AMOR
Así, pues, para nosotras consagradas al Señor en radicalidad, iremos cada día, perfeccionando estos principios, que son indispensables en nuestra vida de DOMINICAS DE LA ANUNCIATA. AMÉN
H. Mª Luisa Píriz
Provincia «Rosa Santaeugenia»
